Sarmiento tierno y fresco,
por donde la savia fluye
suave, dominadora.
Alimentando la uva dulce,
que en vino se transforma,
que da la Vida a quien lo bebe,
al ser en sangre convertido,
el Amor más grande conocido.
Sarmiento duro y seco,
que no acogió la savia recibida,
sirviendo por soberbia al fuego,
muriendo, creyendo que vivía,
al pensar que duro y fuerte siendo,
por sí mismo el solo bastaría.
Y al no estar a la vid unido,
fue solo sarmiento destruido.
(Del poemario inédito: Moradas interiores)