Créame, no soy del Barça, ni del Real Madrid, sino del mejor equipo de España que, como todos ustedes saben, es el Real Oviedo.
Ahora bien, la trayectoria, ni personal ni profesional, de Kylian Mbappé resulta, digamos, muy edificante. Y el Real Madrid, con todos sus defectos, por ejemplo, su presidente, resulta que es un equipo señor, el que mejor representa a España en Europa... y no debe fichar a don Kylian.
Además, el francés ha despreciado al Real Madrid que yo sepa, no me dedico al periodismo deportivo, dos veces.
Eso es lo que me dicen mis colegas deportivos. Al menos eso dicen mis colegas. Si comete el error de fichar a Mbappé, el señor Florentino -¡Oh capitán, mi capitán! no sólo habrá perdido su humildad, sino también su orgullo. Su humildad, porque el Real Madrid no debe fichar a buenos futbolistas sino a buenos deportistas, especialmente de su propia cantera, hayan nacido donde hayan nacido.
Y habrá perdido su orgullo, porque si alguien no quiere venir al Madrid que no venga... eso que se ahorra el socio, en dinero, y no poca veces, en desilusiones.
Por otro lado, como otros grandes triunfadores, el presidente de ACS y del Real Madrid sigue una máxima lamentable: después de mí, el diluvio. Completada con esta otra: no encuentro sucesor... porque soy insuperable. Tanto en la constructora, la primera de España, como en el club de fútbol, Florentino se niega a buscar sucesores. Pues debería hacerlo, ahora, cuando está en la cumbre y no dejando a sus sucesores la tarea de buscar sucesor. Por la primera vía su sucesor, en ACS y en el Real Madrid, no será discutido. Por la segunda vía, volarán los puñales.