No quiero parecer un alcohólico del trabajo ni un adicto a las jornadas laborales interminables. Entre otras cosas porque van en detrimento de la vida en familia, que es más importante que el trabajo.
Ahora bien, por ese miedo que los españoles tenemos, no a la verdad, sino a decir la verdad en voz alta, por ser éste un país de gran valentía física y gran cobardía cívica, no se dice algo que se debe decir: el teletrabajo ha fracasado. Los empresarios aseguran que se pierde la cultura empresarial, que es otra manera finísima de decir que aún hay mucho vago suelto que aprovecha la distancia para trabajar lo menos posible.
Por eso sorprende, que no asombra en ella, que Yolanda Díaz insista en la jornada laboral de cuatro días sin pérdida de salario. Precisamente, ella, cuya reforma laboral no ha creado trabajo pero sí lo ha repartido. Ella presume de crear muchos puestos de trabajo sólo que son a media jornada y entonces, Juan Español tiene que buscarse dos trabajos en lugar de uno, para poder sobrevivir.
Yolandísima pretende la cuadratura del círculo… y eso resulta bastante complejo. Mejor que trabajar menos horas sería trabajar más a gusto y con salarios dignos… e impuestos laborales bajos, justo lo contrario de lo que han hecho durante esta legislatura los ministrísimos Yolandísima y Escrivanísimo.