Un postre para el banquete más pusilánime en el que ha participado España desde el desastre de Annual, del que hemos cumplido un siglo. España no sólo cede ante el rey Mohamed VI de Marruecos y traiciona a los saharauis, sino que, además, Sánchez se apresura a rendir pleitesía al sátrapa de Rabat en un 'tuit' lamentable en el que habla de respeto mutuo: una cosa de mucha risa.
No sólo eso, sino que Sánchez, acudirá, pusilánime, a Rabat para pactar con Mohamed VI que no envíe demasiados inmigrantes ilegales, a los que utiliza como balas humanas contra Ceuta y Melilla. Naturalmente, Marruecos no ha ofrecido nada a cambio del Sáhara. Sigue apostando por Ceuta y Melilla, y si lo consigue -con Sánchez lo conseguirá-, irá a por Canarias.