Tengo amigos que se me han enfadado por mi artículo del miércoles sobre el debate Harris vesus Trump. Dije en Hispanidad que Kamala había ganado, pero lo dije con mucha pena porque como la candidata demócrata, una mujer woke, venza en noviembre en Estados Unidos estaremos listos en todo el mundo.  

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Además, estoy dispuesto a reconocer que no ganó Kamala sino que perdió Donald. Un ejemplo: la abortera Harris atacó al provida Trump y este no se supo defender. 

El hombre que, a través de sus nombramientos en el Tribunal Supremo puede presumir de abrir una era provida en Estados Unidos, adalid de la más noble de las luchas por el más inocente y más indefenso de todos los seres humanos, fue colocado contra las acuerdas por la homicida Kamala Harris, dando pie a que todos los papanatas progres, de izquierdas y de derechas, aseguraran que Trump hablaba de niños asesinados después de nacer... qué loco está este Donald. 

Pues mira no, resulta que quien decía la verdad era Donald y quien mentía eran Kamala y sus dos moderadores aliados. 

Sí, se perpetran en el mundo, también en Estados Unidos, abortos por ahorcamiento parcial, con medio niño ya nacido... porque la lógica de la cultura de la muerte lleva, y aún llevará más, al infanticidio. 

De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) de la que Kamala y Biden son tan devotos, ya propone el aborto hasta el mismo momento del nacimiento como un derecho humano inalienable. 

Pues bien, ahí Trump pagó sus dudas y su penitencia al hacerse el progre con su estúpida defensa de esa hipocresía letal llamad Fecundación in Vitro (FIV) que perpetra muy pocas vida a cambio de infinidad de muertos, ya sea de embriones sobrantes o de embriones congelados.

Sí, a lo mejor no ganó Kamala sino que perdió Trump, quien ni tan siquiera supo aprovechar su buena gestión económica -liberal pero no librecambista- espléndida gestión económica o de paz en el mundo, frente a un duo Biden-Harris, cuya gestión económica es -como la fincas en Extremadura- manifiestamente mejorable.

El colmo fue cuando Harris, con esa caradura tan propia de los progres, acusó a Trump de que, si por él fuera, Putin ya estaría en Kiev. Lo dice la mujer en cuya vicepresidencia, no en la era Trump, comenzó la invasión de Ucrania y que se ha dedicado a mandar armas a Zelensky para que los muertos los ponga Ucrania, no Occidente, que apenas se ha comprometido con los ucranianos para vaciar los almacenes de su bazar de las armas.   

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Que, además de todo eso, no fuera un debate del republicano frente al demócrata sino de Trump frente a tres perros de presa: Kamala y los dos periodista de la ABC News que hacían de moderadores, vale, de acuerdo. Pero esa trampa no me consuela si se produce la tragedia global de que Harris sea presidente de la primera potencia del mundo. 

Vale, no ganó Kamala, pero perdió Trump. Y eso me preocupa.