Una agente de la Guardia Civil ha matado con disparos esta mañana a sus dos hijas y después se ha suicidado, tal como recoge La Razón. La agente se encontraba en trámites de separación. Los hechos han ocurrido esta mañana en el cuartel de Quintanar del Rey (Cuenca) y la agente estaba en trámite de separación.

Fuentes del Servicio de Atención y Coordinación de Urgencias y Emergencias de Castilla-La Mancha, en base a los servicios sanitarios movilizados hasta el lugar, la mujer tenía 42 años y las menores 9 y 11 años.

La ministra de Igualdad, acostumbrada a pronunciarse únicamente cuando quien comete el filicidio es el varón, publica en su twitter el siguiente mensaje:

 

Resulta cuando menos, hípocrita que la ministra de Igualdad enarbole la bandera de "la protección de la infancia ante todas las violencias" cuando no hace tanto tiempo, fallecía otra pequeña, de nombre Olivia, de seis años, también, a manos de su madre y a la ministra hubo que reprocharle, por parte de la diputada de Vox María Ruiz en el Congreso, su silencio ante su muerte.

Y es que, recordemos que, cuando la asesina de los hijos es la madre según el 'código Montero' no puede hablarse de tal violencia vicaria. Ese caso se da cuando el asesino es el padre. Y para reafirmar su postura la ministra de Igualdad excluye de ayudas y atención psicológica a los padres de hijos asesinados por la madre. A Irene sólo le gusta el 'hermana -que no hermano- yo sí te creo'.

Y, una vez más, esta vez centrándonos en el tratamiento que hacen los medios de la muerte de las dos pequeñas a manos de su madre en Cuenca, nos volvemos a encontrar con una conclusión: mujer siempre buena, varón siempre malo. El crimen feminista no existe, el machista, de continuo. Y si una mujer mata a su propia hija es porque sufre enajenación mental transitoria.