Observen esta información: el calentamiento global puede colapsar la corriente del golfo... a consecuencia de lo cual Europa podría congelarse. ¿En qué quedamos? ¿No estábamos a punto de achicharrarnos? 

Seguramente tendrá su lógica pero, así en principio, calentamiento y congelación no parecen sinónimos.

Cuando la gente se mueve, no por tradiciones, sino por modas, es fácil pasar del calor asfixiante al frío paralizante. Entonces, a lo mejor es que lo que sufrimos no es calentamiento global sino calentón mental y a lo peor es que no estamos inmersos en un cambio climático general sino en esquizofrenias individuales aunque bastante generalizadas.

Parece claro que ni sabemos interpretar el cambio climático -variamos cada día de análisis- y supuesto que nos pusiéramos de acuerdo con qué es lo que está pasando, el problema es tan telúrico, tan amplio, que no tenemos soluciones. 

Es decir, sabemos que el clima está cambiando -al menos si no lo sabemos sí que lo sentimos-, pero no sabemos concretar el problema y carecemos de soluciones para el redicho cambio climático. 

¿Negacionista? No, no niego el cambio climático, pero ni sé de dónde viene, ni cuáles serán sus efectos pasado mañana ni cómo solucionarlo. Entonces, ¿y si nos olvidamos del cambio climático y empezamos a confiar en la Providencia? Al parecer, a la ciencia le viene grande el problema.