Día ajetreado el del martes 6 para la vicepresidenta segunda. Yolanda Díaz tenía que darse prisa si no quería perder el Falcon presidencial rumbo a Galicia, así que, Yolandísima dejó al diputado del PP, Guillermo Mariscal con la palabra en la boca, en un ejemplo más de la grosería y la mala educación de la izquierda.

La izquierda no aprende y hasta pasean esa mala educación por sus propias filas. Y si no, que se lo diga a la ministra Raquel Sánchez