Yolanda Díaz, vicepresidente en funciones, es una de esas mentes poderosas cuyo principal silogismo cuando se plantea cualquier cuestión es el siguiente: ¿Y por qué no?
Esta deducción puede conllevar muchas respuestas pero hay una que surge la primera, como por ensalmo: ¿Y por qué sí? A partir de ahí el debate entra en un 'dulce far niente'
Así que, dice Yolandísima que por qué no se va a poder hablar, catalán, gallego y vascuence en el Congreso de los Diputados. A esto yo, natural de la muy leal, invicta, heroica y benemérita Ciudad de Oviedo, digo que lo democrático es que el bable también esté presente en el congreso, para que alguien pueda referirse al imprescindible concepto sin dejar de hablar bable en el Congreso. Además del silbo gomero que lo escuché una vez y me hizo mucha ilu.
Nuestro país habla en diferentes lenguas y las instituciones tienen que reflejar esta diversidad.
— Yolanda Díaz (@Yolanda_Diaz_) August 2, 2023
Queremos que en el Congreso podamos hablar en las lenguas cooficiales. La plurinacionalidad es nuestra mayor riqueza. pic.twitter.com/a4woQoYTFQ
Hay muchas razones para oponerse a crear una babel en el Congreso. De hecho, el Congreso ya es una babel ininteligible, pero por razones conceptuales y anímicas, no lingüísticas. La primera razón es que el idioma sirve para comunicarse. Ejemplo: si llegara un inglés a Madrid y se reuniera con 9 españoles y todos ellos hablaran inglés, ¿en qué idioma deberían expresarse? En inglés, aunque se encontraran en la mismísima Puerta del Sol.
Sus señorías, todas ellas, conocen el español, pero no todas hablan el catalán, no todas el gallego, no todas el vascuence. Por eso, cuando, en una rueda de prensa, el portavoz del PNV, Aitor Esteban, recibe preguntas de periodistas vascos en euskera y responde en el mismo idioma, está comportándose como un maleducado, porque el resto de periodistas no hablan euskera.
Por idéntica razón, que el idioma es un instrumento de comunicación, también la lengua más hablada debe ser institucionalmente la más favorecida. Eso sirve para cualquier escenario, también para un escenario global: el imperio del inglés es evidente en España, en Europa y en el mundo.
Pero ERC o Bildu no quieren que se hable inglés en el Congreso: quieren que se hable catalán, gallego o vasco, porque saben que así fastidian más.
Y por cierto, una parte considerable del presupuesto del Parlamento europeo se lo lleva el cuerpo de intérpretes el Parlamento. No lo digo por nada...
Naturalmente, si Yoli propone hablar en cuatro idiomas, no es porque le emocione el vascuence sino porque no puede perder protagonismo en la negociación entre PSOE y los nacionalistas vacos y catalanes. No, no es una buena idea que el Parlamento español trabaje en cuatro idiomas distintos. Lo suyo es que trabaje en español, también llamado castellano.