Cuando los antidisturbios tiene que salir a la calle contra los trabajadores, es que algo falla. Zapatero cayó, no por el descontento de los subvencionados sino por el de los trabajadores, autónomos y emprendedores, que son los que pagan el pato. Ahora empiezo a comprender el lema de Vox, que dice representar a la España que madruga.
Porque claro, como hemos repetido en Hispanidad, ¿por qué voy a trabajar 40 horas si cobraré lo mismo sin dar palo al agua? Pedro Sánchez, al igual que Zapatero, se ha dedicado a las llamadas cuestiones "sociales", feminismo, ideología de género, cambio climático y otros mitos. Esto significa dedicar el dinero público a subvenciones y no a crear empresas. La vicepresidenta Nadia Calviño disponía de un liquidez en forma de fondos europeos, pero ha preferido, en lugar de crear empresas -aunque fueran publicas, ¿qué más da?- crear subvenciones.
Pero claro cuando el asalariado ve que su salario no le da para llegar a fin de mes y contempla al mismo tiempo, como su vecino vive del ingreso mínimo vital, al que suma otras sinecuras... pues se cabrea.
¿Y saben qué? Los trabajadores que protestan ahora mismo en España andan cargados de razón.
Zapatero también cayó por los antidisturbios. Sánchez todavía no sabe lo que eso. Empieza a saberlo.