Decíamos esta mañana en Hispandiad que la noticia es que Sánchez se niega, no ya a ilegalizar a Bildu, sino a prescindir de Bildu. Sin ellos, no gobernaría. Y para muestra un botón: hoy miércoles se aprobaba en el Senado la Ley de Vivienda de manera definitiva y sin cambios. La norma volverá al Congreso y en los próximos días, y tras su publicación en el BOE, entrará en vigor. La ministra Raquel Sánchez ha agradecido el apoyo de ERC y EH Bildu para que el texto saliera adelante. 

En Hispanidad hemos calificado la Ley de Vivienda como "ley comunista". Es cierto y constituye el más feroz ataque contra la propiedad privada de toda la etapa democratica. Una ley que beneficia a los okupas. La norma sólo sirve para que don Pedro Sánchez pueda mantener su Gobierno en pie, y él en el sillón, mientras alarga la legislatura todo lo que le permita la ley, a la espera de que cambie la tendencia de las encuestas preelectorales. Y mientras tanto, a anunciar medidas compra-votos como el cine a dos euros.  

Esta nueva Ley de Vivienda impondrá límites a la subida del precio del alquiler en toda España, permitirá a comunidades y ayuntamientos determinar la existencia de zonas tensionadas, rebajará la figura de gran tenedor a cinco inmuebles e impedirá a los propietarios desahuciar a inquilinos vulnerables sin un acto de conciliación o arbitraje previo, con una serie de medidas que dificultarán el desahucio de vulnerables: por ejemplo, no podrán realizarse sin una hora y una fecha predeterminada. Además, en el punto de mira los propietarios de pisos vacíos, la nueva norma deja que los ayuntamientos tengan la posibilidad de penalizar económicamente a quienes no alquilen su piso a través de un recargo en el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) de hasta el 150%.

Pero no debemos olvidar el fondo de este proyecto estrella del Gobierno: una burrada comunista que atenta contra la propiedad privada. Porque claro, la vivienda es un derecho, pero la propiedad privada es un deber.