Desde Hispanidad hemos retratado dos estilos en el PP: el de la moderación de Feijóo, Sémper, Gamarra y compañía y el de la Presidenta madrileña, un verso suelto que molesta y mucho, y que encima, es más popular. Algo que parece no gustar al equipo de Feijóo, que no aprende de los errores del pasado y lanza rumores y críticas cada vez que la Presidenta Madrileña mueve un dedo. 

Con motivo del 8-M se vuelven a poner de manifiesto esos dos modelos peperos. Feijóo intenta pasar por feminista, nos dice que el feminismo es una cosa bonísima pero que no hay que llevarlo tan allá como lo lleva el PSOE, es más, en Génova apuestan por estar presentes en las manifestaciones organizadas el 8-M, eso sí, del lado de las feministas clásicas. 

Y luego tenemos a Ayuso, que rompe la baraja y ni feminismo clásico ni feminismo moderno: "Yo celebro ser mujer cada día de mi vida, desde luego estas manifestaciones no me representan, normalmente me parece que están muy politizadas, pero no digamos cuando te convocan a la misma a través de una imagen que lleva una fregona y una escoba". 

Y si una Ministra tiene que salir a criticar a una Presidenta de una Comunidad Autónoma, algo estará haciendo bien: desde el Gobierno saben que Ayuso es la verdadera rival a batir. 

¿Es tan difícil Feijóo?