Según fuentes del Gobierno, el Presidente, Pedro Sánchez, en el debate del martes en el Senado ha estado "pedagógico, empático, cercano, transmitiendo seguridad, rigor y control", definitivamente, el Sanchismo es una máquina de propaganda.
Supuestamente el cara a cara se había calendarizado con el fin de hablar de las incertidumbres económicas de los españoles y de las medidas en materia de energía. Sánchez solo ha anunciado una nueva medida: extender la excepción ibérica a las empresas de cogeneración, algo que ya le reclamó el PP hace tres días.
El resto de las extensas intervenciones de su Sanchidad, a saber: 1 hora la primera de ellas, 45 minutos la segunda y 20 en la tercera, se han basado en: insultos al PP, más insultos a Feijóo, vender lo bueno que es el propio Sánchez y reirse como un cínico cada vez que hablaba Feijóo. Al popular le han quedado apenas 20 minutos para rebatir a su sanchidad. Sánchez sigue actuando como si estuviera en el partido de la oposición, vende humo de supuestos grandes hitos del pasado y arremete contra los populares. Lo ocurrido hoy martes en el Senado bien podría haber sido un debate, no "para hablar de las incertidumbres economicas", sino un debate televisivo en campaña electoral.
El presidente asegura que no habrá "medidas dramáticas" como quiere vender el PP, que ya saben, son unos catastrofista. Asegura que los españoles alucinan porque los niveles de empleo han vuelto a niveles pre pandemia en solo dos años, y critica la reforma laboral de los populares, la cual por cierto ha estado en vigor en esos dos años en los que, según Sánchez, ha sucedido la recuperación milagrosa del empleo. Y concluye con un gran vaticinio con su bola de cristal: "más pronto que tarde la inflación remitirá". Ole y ole, traduciendo, él no va a hacer nada para que remita, ya bajará la inflación ella solita.
En su segunda intervención, de 45 minutos, Sánchez ha empezado asegurando que está en el Senado "para hablar de las incertidumbres económicas, lo que he hecho en los minutos que he tenido", pasa seguidamente hacer un repaso mes a mes de las declaraciones de Feijóo desde que es presidente de los populares. Con cada frase y su posterior extenso reproche acababa preguntándole al gallego: ¿esto es insolvencia o mala fe? No vamos a profundizar en este punto porque ha sido simplemente patético.
Desde la tribuna, Sánchez acusa a Feijóo de insultarle constantemente. Cuando es Feijóo el que está interviniendo, Sánchez continuamente dice desde su asiento "qué falso es", algo que el gallego para en seco pidiéndole "no me insulte, aunque no vaya a figurar en el diario de sesiones".
Sánchez asegura que, salvo la incertidumbre de la Guerra que hace que suban los precios, "todo lo demás de la economía española va bien. Y me pregunto, ¿el qué va bien, a qué se refiere Sánchez con todo lo demás? ¿al paro? ¿la inflación? ¿la deuda pública? ¿los precios de los carburantes?
Pedro aclara qué es lo que le preocupa a los españoles, según el, la renovación del CGPJ, y afirma que le tiende la mano a Feijóo para llegar a pactos, el primero de ellos, cumplir la Constitución, ¿comprenden?