Eduardo de Castro, de Ciudadanos, gobierna en Melilla gracias al apoyo de socialistas y de Coalición por Melilla, el partido pro-marroquí e islamista liderado por Mustafá Aberchán. Ahora la polémica se ha desatado porque la Comisión Islámica de Melilla (CIM) ha rechazado que se hagan actividades extraescolares con contenido LGTB en un colegio público, tal y como informa Okdiario.
A través de un comunicado, el presidente de la Comisión, Hassán Laboudi, ha explicado que rechazan estos cursos por ser "contrarios a los aspectos morales que tienen su formación en el núcleo de la familia musulmana, como contexto socio afectivo y socioeducativo del alumno".
Además, ha asegurado que ante la "grave situación de malestar generada en el seno de la comunidad musulmana de Melilla"; "y, como quiera que tales actividades afectan directamente a la educación moral del alumno y, dado el compromiso activo que la CIM tiene en la observancia de los criterios morales de las familias creyentes", mostraba su rechazo público ante dichas actividades.
Ha aclarado que desde la CIM "entendemos que la educación sexual de los hijos como un derecho de éstos y, como deber fundamental de los padres, debe realizarse siempre bajo la dirección diligente y cuidada de los padres, tanto en el entorno familiar como en los centros educativos".
La CIM considera que la actividad es "una flagrante vulneración de los derechos fundamentales de las personas, un ataque directo a las libertades y derechos constitucionales, un adoctrinamiento y alineación forzosa en la comprensión de lo moral, y una reducción o anulación de la potestad y del derecho de los padres".
Y más, desde la Comisión consideran "fraudulentos y viciados los procedimientos educativos para el desarrollo de la asignatura Educación para la Ciudadanía, por no haberse dado información previa de los verdaderos contenidos de la formación externa que, en sus distintas actividades extraescolares, no obtuvieron por parte de los padres ni la aceptación expresa y ni la información de sus contenidos programados, tal como rigen las instrucciones aprobadas por la Administración educativa".
Aún seguimos esperando la respuesta de la ministra Irene Montero y demás podemitas y socialistas, aunque sospechamos que no llegará. Entiéndanlo, la queja no viene de un extremista, homófobo, racista, supremacista, ultra o sencillamente fascista, como pueden ser Vox, las asociaciones de padres o la Conferencia Episcopal (que podrían y deberían protestar ante estos talleres), sino que viene de la Comisión Islámica de Melilla y hay que respetarles.