El Pleno del Congreso rechazó las enmiendas a la totalidad a la reforma de la ley del aborto presentadas por PP y Vox, así como el texto alternativo de Ciudadanos, por lo que la Ley impulsada por el Ministerio de Igualdad seguía su camino parlamentario. Recuerden que esta Ley es homicida, mentirosa, majadera y ordinaria.
En la Comisión de Igualdad celebrada el pasado 29 de noviembre, PP, Vox y Ciudadanos votaron en contra del texto, que sí cuenta con el respaldo de la autodenominada 'mayoría progresista' de la Cámara. Por lo que la ley será aprobada hoy por el Pleno del Congreso, así la norma pasará al Senado, donde también se espera que reciba luz verde, por lo que podría entrar en vigor a principios del próximo año.
Pero la ley no sale tal cual se redactó en Consejo de Ministros, sino que incorpora algunas enmiendas como la de que los médicos objetores no puedan participar en los comités clínicos, que estos comités no tengan la última palabra, sino que se pueda "recurrir en vía jurisdiccional", además contempla que se adopten las medidas necesarias para garantizar que no se discrimine a los sanitarios aborteros , "evitando que se vean relegados en exclusiva" a la práctica de abortos. Asimismo, se introduce que si hay discrepancia entre una menor de 16 años y sus padres, el conflicto se resolverá por la autoridad judicial con "carácter urgente".
Con esta ley, la progresía ha conseguido centrar el debate en el hecho de que las menores de edad puedan abortar sin consentimiento paterno, teniendo 16 años, y así ha ganado el debate. La barbaridad de esta ley no es esa, eso es otra 'monterada', la verdadera barbaridad es que el aborto es un asesinato porque la vida humana comienza con la fecundación.
El feminismo de Irene:
— Bart0 (@Bart045603771) December 15, 2022
1- soltar violadores.
2- dejar que las niñas tengan relaciones con quiénes ellas quieran.
3- permitir a las niñas abortar sin que su madre lo sepa.
Llamadme loco, pero yo veo muchas lagunas aquí… 🙃🙃🙃🙃🙃 https://t.co/BIXIQt1TSZ
Ahora, nos encontramos con una sociedad convencida de un derecho, que no es más que una mentira, puesto que nadie puede tener derecho sobre los derechos de terceros. Una sociedad que no se cuestiona si el aborto es dar muerte, cuando lo que se elimina es una vida humana distinta a la de la madre. Que exige autoridad sobre su cuerpo, cuando, si se tratara de su cuerpo, con un aborto moriría la madre, no el niño. Y que se escandaliza y pierde el tiempo en cuestiones periféricas.