Aunque el 15-M mediático de Pedro Sánchez se empeñe, lo cierto es que ni el presidente del Gobierno ganó el debate del miércoles, a pesar de tener los flancos cubiertos por Yolanda Díaz y por la propia RTVE, ni parece que el debate sirviera para nada. 

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Si las elecciones del próximo domingo son de difícil análisis es porque Sánchez ha logrado exaltar el espíritu guerracivilista en España, hasta tal punto que los españoles votaremos con las tripas el 23-J. Zapatero reavivó el mito olvidado de la dos Españas, Sánchez ha conseguido que esas dos Españas se odien... sin incurrir en delito de odio, que, naturalmente, no supone otra cosa que la censura progre del discrepante.

No cabe duda: el Sanchismo ha conseguido disparar el enfrentamiento guerracivilista, hasta tal punto que el análisis racional de las elecciones podría resultar baldío

El presidente del Gobierno genera tal rechazo popular que ni él mismo, convencido de que lo ha hecho genial, puede comprenderlo. Bueno a lo mejor no lo comprendería en ningún caso. Pero el vacío moral de la sociedad española es tan grande que no todo está perdido para Sánchez. Es más, podría dar la sorpresa.       

En cualquier caso, el 23-J votaremos con las tripas... y Sánchez puede ganar.

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Y aunque no gane, si la suma de PP y Vox no otorga mayoría absoluta, el PSOE bloqueará la situación para ir a otras elecciones generales: repetiremos lo de 2019. 

Mientras, la incertidumbre electoral paraliza al IBEX y a las empresas públicas, quizás en el peor momento

La situación ha llegado a la parálisis. Hoy hablamos de Indra, y también de que los gran gurús del mundo demoscópico, incluido el más prestigioso, Narciso Michavila, antes pregonero del triunfo sin cortapisas de Núñez Feijóo, ahora se lo piensan un poco más. 

El mundo empresarial está paralizado hasta el lunes, hasta conocer quién es el triunfador y, sobre todo, ningún programa, ningún debate, ningún discurso, va a servir para nada porque Juan Español va a votar con las tripas, con el "que te vote Txapote" o con "hay que parar a los fascistas o nos quitan la subvención". Y Feijóosi llega a La Moncloa, lo hará, no sobre sus méritos, sino sobre los deméritos de un ególatra llamada Pedro Sánchez.