Elecciones del 9 de junio al Europarlamento. Lo primero: la participación ha sido del 49,2%. Es decir, que Europa preocupa más bien poco a los españoles y mucho me temo que a los europeos.

En España, el PP ha aumentado un poco sus votos y ya le saca 4 puntos de ventaja al PSOE. El 23 de julio le sacó 300.000 votos, ahora le ha sacado 700.000.

Es decir, el PP ha tenido un 34,2% de los votos emitidos y conseguido 22 eurodiputados. El PSOE obtiene un 30,2% de los votos y 20 escaños. Vox ha conseguido 6 diputados, Bildu-ERC, 3 escaños; Sumar 3 escaños; Se acabó la fiesta, 3 escaños -otra sorpresa-; Podemos 2 escaños, dos sueldos, para Irene e Isa, Junts, 1 escaño, la mitad que en las pasadas elecciones de 2019 y CEIS (PNV y Coalición canaria), 1 escaño.

ECR así como Identidad y Democracia, no son lo mismo. Les distingue que unos son derecha cristiana y otros derecha pagana. La ultraderecha alemana o austriaca, también la francesa, no tiene nada ver con Meloni, con Orban o con Vox, que son partidos cristianos

En resumen, el PP ha ganado, más que en las generales de julio y que en las Municipales y Autonómicas de mayo del 23, pero no lo suficiente para desbancar a Pedro Sánchez, pegado a su sillón con gran entusiasmo y dispuesto a conceder lo que sea a quien sea, salvo al PP, con tal de mantenerse. No sé si me he explicado: que habrá que seguir aguantando a Sánchez.

Vox dobla sus escaños pero no es para tirar cohetes: se queda en seis escaños. Tristísimo discurso de Jorge Buxadé, hablando de Le Pen y hasta de los austriacos, como "nuestros amigos". Pero, ¿de qué amigos hablas Buxadé, si los austriacos, alemanes o franceses, son derecha pagana y a esos sí que se les puede llamar ultras?

 

En resumen, el espantajo ultra, ya saben, la 'internacional ultra' de Pedro Sánchez, funciona. Hasta los medios conservadores hablan de la ultraderecha sin aclarar que nada tiene que ver la Alternativa por Alemania con Hermanos de Italia, de Giorgia Meloni, o nada tiene que ver Marine Le Pen con Santiago Abascal.

El espantajo ultra viene acompañado de otra gran mentira, in sitonía aún más venenosa, de Moncloa: todo lo católico, todo lo cristiano, es ultra. Y ahí resuena el grito de San Juan Pablo II: "Europa, sé tu misma, recupera tus raíces cristianas". Porque originalidad es eso: volver al origen, y el origen de Europa es cristiano.

Y el segundo mensaje, el más venenoso de la eficaz propaganda sanchista, también funciona: el que no piense como yo es un ultra y todo lo católico es ultra.

En Francia, Le Pen gana a Macron y el presidente convoca elecciones generales: igualito que Sánchez

En definitiva, en Europa, la democracia cristiana pervertida y la socialdemocracia totalitaria continúan imperando. Junto a otra caída en picado, la de los liberales, que para demostrar la macedonia mental en la que se mueve la Unión Europea siempre han ido de la mano de los socialistas, podemos concluir que ya está lista para su autodestrucción.

Un detalle sobre el espantajo ultra. De hecho, en el anterior parlamento figuraban el grupo Reformista y Conservadores e Identidad y Democracia, clasificados ambos como de extrema derecha. Pues no son lo mismo. Les distingue que unos son derecha cristiana y otros derecha pagana. La ultraderecha alemana o austriaca no tienen nada ver con Meloni, con Orban, con Morawiecki o con Vox, que son políticos cristianos.

Y la guinda de la tarta: en Francia, Le Pen gana a Macron, por una paliza, y antes de conocerse las cifras oficiales, sólo por las encuestas a pie de urna, el señor Macron convoca elecciones en Francia: igualito que Sánchez. Pero no se asombren demasiado: recuerden que Francia es un régimen presidencialista y Macron ha convocado elecciones parlamentarias. En resumen, que él seguirá siendo presidente aunque Marine Le Pen vuelva ganar.

Y en Italia, esta vez sí, dirigida por derecha cristiana, no por derecha pagana, Meloni ha triunfado.