Comparado con el 10 de noviembre de 2019, Vox ha perdido más de 600.000 votos y se ha quedado en los 3 millones de votantes. El efecto en escaños es demoledor pues la Ley D´Hondt no perdona: el partido de Abascal ha pasado de 52 a 33 diputados, la mayor pérdida porcentual en escaños de las cuatro grandes formaciones políticas.
El líder de Vox no reconoció su estrepitosa derrota, al pasar de 52 a 33 diputados, la mayor perdida de los cuatro grandes grupos políticos
Tras la derrota, ni un humilde, aunque fuera protocolario, reconocimiento de errores propios. Pues mire, señor Abascal, yo le voy a proponer uno: es usted un vago redomado. Por el Congreso pasa poco, se dedica usted a cazar y a visitar ganaderías de reses bravas y cuando acude a un debate no sabe rematar porque ha olvidado hasta su ideario.
Lo dicho: un vago redomado que, encima, se comporta como un déspota en el partido.
Ya he dicho y me ratifico en ello, que Santiago Abascal es un hombre mucho más noble que Pedro Sánchez, Núñez Feijóo o Yolanda Díaz. Pero los nobles también pueden considerarse imprescindibles y en política nadie lo es. Porque encima de perezoso de puertas afuera se ha convertido en déspota de puertas adentro.
A pesar de los pesares, el voto católico viene representado en esos 3 millones de españoles que votaron a Vox. Haga el favor de cuidarlos, don Santiago, o los perderá
No olvide usted a Giorgia Meloni, otra católica poco pía, pero con sus principios cristianos muy claritos. Armada sólo con ellos, pues creía en ellos, Meloni no se conformó con ser la comparsa de ninguna derecha blanca, o sea, tibia, tipo PP. Decidió no facilitar que otro ganara las elecciones sino ganar ella las elecciones. Y lo consiguió.
Pero se lo trabajó bien trabajado, no como usted, Abascal, pedazo de vago redomado, que sólo aparece por el Congreso para votar. Recuerde que, para un cristiano, la pereza es el séptimo pecado capital. Recuerde, también, que Vox no es un partido ultra sino el único partido católico del parlamento español.
A pesar de los pesares, el voto católico viene representado en esos 3 millones de españoles que votaron a Vox. Haga el favor de cuidarlos, don Santiago, o los perderá.