La Policía Nacional y la Guardia Civil han detenido a un viajero de nacionalidad mauritania en el aeropuerto de Barajas (Madrid) por una presunta agresión física a una trabajadora del edificio. El detenido se encontraba en la zona internacional porque tenía un billete, cuando atacó a la trabajadora, cuya versión ha podido ser corroborada por las cámaras de seguridad. 

Aún no se ha aclarado si el hombre iba a viajar o es uno de los socilicitantes de asilo que copan las salas de Barajas. Y es que, como hemos denunciado en Hispanidad, Sánchez ha convertido el derecho de asilo en un coladero para la inmigración ilegal. Los migrantes llegan a suelo español, en este caso a Barajas, supuestamente porque su destino final es otro, y en el país sólo hacen escala. La realidad es que una vez están en el aeropuerto se dirigen a solicitar derecho de asilo. 

Relacionado

La condición se reconoce a toda persona que, "debido a fundados temores de ser perseguida por motivos de raza, religión, nacionalidad, opiniones políticas, pertenencia a determinado grupo social, de género u orientación sexual, se encuentra fuera del país de su nacionalidad y no puede o, a causa de dichos temores, no quiere acogerse a la protección de tal país, o al apátrida que, careciendo de nacionalidad y hallándose fuera del país donde antes tuviera su residencia habitual, por los mismos motivos no puede o, a causa de dichos temores, no quiere regresar a él".

Y hace años así era, su uso era muy limitado solicitada por personas en verdadero riesgo, pero ahora, se utiliza como si de un procedimiento ordinario para conseguir la nacionalidad más se tratase. 

Y pensarán, la compañía en la que vuelan los migrantes de Marruecos a España, ¿podría controlar los pasaportes y billetes para que el caos no se desate en España? Sí, puede, pero no lo hace, ¿adivinan? La compañía aérea marroquí que supuestamente hace la vista gorda con la documentación es Royal Air Maroc, propiedad estatal y fuertemente vinculada con el fondo de inversión de... Mohamed VI. 

El fondo de inversión en cuestión es Al Mada, propiedad del rey marroquí, que gestiona todos los negocios de Mohamed VI; la aerolínea Groupe Royal Air Maroc está vinculada, además, con la empresa hotelera de este fondo, principal promotor turístico marroquí, Atlas Hospitality.

Mohamed VI utiliza a los marroquíes y a los habitantes del África Negra y los lanza a España por Ceuta, Melilla, Canarias, y ahora directamente a Madrid, con los ya conocidos 'vuelos patera'.

Usa a la población como un proyectil que envía contra España, donde posee una quinta columna que, llegado el momento, le será de gran ayuda para montar el lío a lo largo y ancho de la península. 

Mohamed se aprovecha de la pobreza y desesperación de los africanos. ¿O alguien se cree que un cayuco abarrotado puede recorrer más de 1.600 kilómetros de océano? ¿O que 5.000 sudaneses 'consiguen' llegar a la valla de Melilla tras recorrer más de 4.000 km sin que el sátrapa Mohamed lo sepa? ¿O que miles de africanos son capaces de coger vuelos Marruecos-España sin ningún tipo de control y en cuanto pisan suelo español pedir el asilo?

Pero ya saben, la solución de Moncloa es ser fuerte con el débil y débil con el fuerte. Es decir, a Mohamed ni rechistar, es nuestro "gran amigo del sur": recordemos que aún no sabemos qué pactó Sánchez con él por venderle el Sáhara. Y con los migrantes... a repartirlos por las Comunidades Autónomas, que así se 'comen el marrón' que no son capaces de solucionar ellos... eso sí, de manera solidaria entre todos los territorios. 

Relacionado