Tras el mal resultado del PSOE en las últimas elecciones municipales y autonómicas del 28M, Hispanidad publicó que existe un malestar en la vieja guardia socialista -Felipe González y José Bono, entre otros- con el actual secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, un malestar que es tan profundo que si se la pueden jugar a Sánchez lo harán. Por ejemplo, presentando otro candidato.
Un malestar reflejado, también, por ejemplo, por socialistas históricos como Joaquín Leguina quien recientemente lanzaba la siguiente crítica al actual líder socialista: “No puede ser que uno tenga que meterse en la cama política con gente como Bildu, que son separatistas y defensores de la violencia y de los violentos”.
Y ese malestar cristalizó ayer en un acto en Madrid organizado por el ‘Colectivo Fernando de los Ríos' titulado ‘Las urnas han hablado’ en el que, valga la redundancia, también hablaron esos históricos dirigentes del PSOE. Y en el que estuvieron presentes, entre otros, José Luis Corcuera, César Antonio Molina, Pedro Bofill, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, el mismo Joaquín Leguina, el ex secretario general de UGT Cándido Méndez, Virgilio Rodríguez, Javier Rojo, Francesc de Carreras…
Por ejemplo, Nicolás Redondo, el portavoz de esta organización que se fundó para tratar de volver a la socialdemocracia, fue muy crítico con la actitud de los diputados y senadores socialistas que aplaudieron durante dos minutos a Sánchez tras su intervención del pasado 31 de mayo. Redondo calificó todo ese acto como «insoportable», una «huida hacia adelante» impropia de un partido. «El aplauso exagerado me hizo pensar si el PSOE podía remontar». «La huida de los que van hacia adelante es muy peligrosa, no podemos vivir la política como un casino, con apuestas cada día (...). No se puede hacer de un partido una organización personal».
Redondo Terreros también discrepó del adelanto electoral, que cree que no es un gesto valiente, sino que busca eludir las responsabilidades de la pérdida de gobiernos tras las elecciones.
Redondo fue muy crítico con los pactos con Bildu, un partido que «no ha renunciado a la herencia macabra de ETA», sino que «sigue reivindicado su lucha
El ex secretario general del PSE también criticó que Sánchez está «dispuesto a cualquier aritmética estrambótica para gobernar». Así como su política durante esta legislatura, como las concesiones al independentismo catalán, singularmente la «instrumentalización sin precedentes del Código Penal» con la modificación de los delitos de sedición y malversación para beneficiar a los condenados por el referéndum ilegal, algo que consideró «aberrante» y «propio de gobiernos bolivarianos».
Asimismo, el portavoz del ‘Colectivo Fernando de los Ríos’ fue muy crítico con los pactos con Bildu, un partido que «no ha renunciado a la herencia macabra de ETA», sino que «sigue reivindicado su lucha» y «dándole un tinte épico a aquella acción terrorista que nos causó tanto dolor». «No ha hecho ninguna rectificación, ninguna matización, al contrario: cuanto más fácil se lo ponemos, más envalentonados están».
En opinión de Redondo Terreros, «lo peor que se puede hacer es tomar a los ciudadanos por tontos, pensar que son un rebaño de ovejas que se pueden dirigir con el ladrido de un perro». Y ha puesto como ejemplo el pacto con Unidas Podemos, un partido que “nos dice qué tenemos que pensar, qué tenemos que sentir (…)» y que no cree «en las libertades individuales».
Por su parte, el ex europarlamentario Pedro Bofill, criticó el «parlamentarismo presidencialista que diluye la división de poderes» que ha ejecutado Sánchez, destacando la aprobación de 129 decretos ley, una «figura excepcional» que corresponde a una «potestad legislativa» del Ejecutivo central, frente a los 69 proyectos de ley presentados en el Congreso, es decir, que «lo excepcional ha sustituido a lo normal».
De su lado, el catedrático de Sociología José Antonio Díaz, opinó que la «política de bloques» entre la izquierda y la derecha ha perjudicado las aspiraciones del PSOE.
Abandonar el socialismo liberal que había impregnado la acción del PSOE durante 140 años para substituirlo por una alianza de radicales, populistas, independentistas y herederos del terror significaba un cambio brutal en la tradición y el pensamiento del PSOE
Otro muy crítico con el Sanchismo ha sido el exvicepresidente del Gobierno e histórico socialista Alfonso Guerra, quien, en un artículo de opinión en The Objective, señaló: "Abandonar el socialismo liberal que había impregnado la acción del PSOE durante 140 años para substituirlo por una alianza de radicales, populistas, independentistas y herederos del terror significaba un cambio brutal en la tradición y el pensamiento del PSOE".
“Hay ocasiones en las que la opinión pública adopta un criterio mayoritario sobre los personajes políticos que en algunos casos resulta misterioso por qué apoyan tantos a tal o cual, o por qué sienten una clara antipatía por aquel otro. No es el caso del rechazo que existe hacia Sánchez, su política de alianzas, su disparatado e injusto plan de privilegiar al independentismo hasta el paroxismo de hacer desaparecer delitos del Código Penal para beneficiar a los que habían puesto al borde del precipicio a la democracia, le ha hecho objetivo claro de desconfianza y descontento”, proseguía Guerra.
“En la vida política cabe toda crítica por aguda y grave que esta sea, pero ha de basarse en no negar la legitimidad del contrario. Si la estrategia es calificar de fuera del sistema a todo el que no está conmigo, pero se «normaliza» a los que se declaran dispuestos a destruir el sistema, es fácil entender que crecerá la polarización descalificadora de los unos y los otros”, denunciaba Guerra.
“La propia reacción del secretario general en funciones de presidente del Gobierno disolviendo la Cámara y convocando elecciones sin siquiera haber felicitado al ganador de las celebradas hace pensar en que la campaña será poco útil para los intereses de los socialistas. Tal vez haya llegado el momento de que los socialistas se interroguen sobre si no será el problema el candidato”, concluía, demoledor, Guerra.