Todos recordaremos que hace unos días y por sorpresa, Sánchez viajaba nuevamente a Marruecos a rendir pleitesía al sátrapa Mohamed VI.
Las viñetas groseras pululan por las redes sociales y la prensa de Marruecos se reía del servilismo esclavista con el que el tirano de Rabat trata a un Sánchez genuflexo y, con él, a España.
Del encuentro poco se sabe, Sánchez regresó sin haber cerrado ningún acuerdo con Mohamed para reabrir las aduanas, pero sí con una 'alianza' para facilitar la llegada de chóferes de Marruecos. Pactaron el reconocimiento de los permisos de conducción nacionales, de modo que trabajadores marroquíes puedan trabajar al volante en España, y en toda la UE.
Todo ello mientras nuestros agricultores están en pie de guerra, y uno de los motivos, es el elevado número de alimentos que se importan, generando un aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero, y que se producen con químicos cancerígenos prohibidos en la UE y son de menor calidad. Entre los países que 'cuelan' sus productos está Marruecos, y ahora también podrán transportar dichos alimentos por Europa, gracias a Sánchez.
Y en este contexto, la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH) ha presentado una queja ante la ONU en la que pide abordar “el fin de la colonización española de los territorios marroquíes". Esos supuestos terrenos marroquíes serían las ciudades autónomas españolas de Ceuta y Melilla, las Islas Canarias y cinco islotes, entre ellos Perejil, Al Nakor y Bades, que, a su juicio, "siguen ocupados por el Estado español".
Por supuesto, ni el Gobierno Marroquí ni el español han condenado o se han pronunciado por la propuesta. Está por ver qué dice la ONU.