El 24 de marzo de 2021 entró en vigor la Ley de Eutanasia. Es más, en España se convertía en Constitucional porque el derecho a la vida "no es absoluto", se ve que es relativo. Desde ese momento, nuestro país se unió al exclusivo grupo formado por Holanda, Bélgica, Luxemburgo y Canadá, en los que es legal el suicidio asistido. Nosotros hemos sido los últimos, por lo que podemos echar un vistazo a qué ocurre en nuestros colegas criminales del resto de países y adivinar cómo acabaremos.

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Vamos camino de los tres años desde que la eutanasia es legal y el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, cuando estaba en campaña, prometió que sería una de las leyes que derogaría o retocaría, por lo que cabría pensar que en las comunidades donde los peperos están al frente se ejercería una oposición o resistencia a implantar la Ley de Eutanasia... pero no.

Ahí está la inefable progre Consejera de Salud de la Junta de Andalucía, Catalina García, para cumplir con el Gobierno. Y es que en Andalucía hay zonas en las que todos los médicos son objetores de conciencia, es decir, no quieren practicar eutanasias. Ya saben, cuando tenían 18 años decidieron dedicar los siguientes 10 años de su vida en formarse, estudiar, aprender, todo ello con un gran esfuerzo renunciando a muchas cosas en su juventud, para un día llegar a ser médicos y destinar aún más esfuerzo con guardias, jornadas titánicas y sin parar de formarse, todo ello con el objetivo de salvar vidas. Ahora, les obligan a quitar la vida a las personas, y oye, pues no quieren, no estudiaron para eso, y Catalina, Consejera de Salud, en lugar de defender a sus médicos, pues decide tomar cartas en el asunto para garantizar eso que llaman 'la muerte digna'.

¿No es precioso? En España vamos a tener un autobús para informar del Ingreso Mínimo Vital, otros para donar sangre y otro para ir acabando con la vida de las personas

Por lo que ha anunciado que la comisión andaluza de Garantía y Evaluación para la prestación de ayuda para morir contará con un equipo móvil para “ejercer el derecho a la eutanasia” en aquellas provincias “donde hay objeción de conciencia” por parte de los profesionales sanitarios. ¿No es precioso? En España vamos a tener un autobús para informar del Ingreso Mínimo Vital, otros para donar sangre y otro para ir acabando con la vida de las personas. 
Catalina asegura que es “muy complicado, muy difícil en muchas circunstancias, porque está el derecho de las personas, el derecho de los profesionales, y equilibrarlo es complicado”.

La Consejera ya nos tiene acostumbrados a este tipo de soluciones. Recuerden, gracias a Catalina el Hospital público Materno Infantil de Jaén ya practica abortos. La andaluza afirmó que el Gobierno regional estaba "trabajando para que, en todas las provincias, especialmente empezando por aquellas que no tienen otra alternativa, exista en la oferta pública la interrupción voluntaria del embarazo y poder ejercer ese derecho en cada una de las provincias".

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Insistimos, Juanma, te has lucido con tu nueva Consejera de Salud. ¿Y si vuelve Jesús Aguirre? Él propuso que la mujer embarazada escuchara el sonido de los latidos de su hijo antes de abortarlo. Al menos, daba valor a la vida y quizás Catalina vaya mejor en el Ministerio de Sanidad con Mónica García