Pedro Sánchez Pérez-Castejón se acogió a su derecho a no declarar, durante su comparecencia, el pasado 30 de julio, en Moncloa. “Deseo acogerme al derecho que viene reconocido en la ley”, respondió el presidente del Gobierno y esposo de Begoña Gómez, tras la pregunta del juez de si deseaba prestar declaración.

Sánchez no colaboró mucho con la Justicia. Ante la pregunta de si tenía algún tipo de relación de parentesco, amistad o enemistad con Juan Carlos Barrabés, Sánchez contestó que “no”, a pesar de que el empresario reconoció en su día que se había reunido con Sánchez cuatro o cinco veces. El presidente podría haber dicho algo más que un escueto “no”.

Lo cierto es que la clave del caso se dirimirá el próximo día 30, cuando la Audiencia Provincial de Madrid decida si estima el recurso presentado por Begoña Gómez y ordena el archivo de la causa. Si sucede, y a la vista de lo que vamos conociendo, sería un escándalo de enormes proporciones. Otra cosa es que, finalizada la instrucción, el juez decida que Gómez es inocente. Pero archivarlo ahora…

Porque si la investigación continúa se activarán las vertientes más importantes del caso y que aún continúan inéditas: el África Center del Instituto de Empresa y el millonario rescate de Air Europa.

Y luego está la respuesta del Gobierno al audio de la declaración del presidente: "Blanco y en botella", afirmaron este lunes los ministros Bolaños y Puente, queriendo decir que el juez impidió la declaración por escrito de Sánchez para que quedara constancia, y se difundiera, el audio.