Ya saben que la esposa del presidente del Gobierno, la filántropa Begoña Gómez, tiene dos abogados defensores: el suyo, Antonio Camacho Vizcaíno, ex ministro del Interior con Zapatero ,y el fiscal del caso, que en lugar de llevar la instrucción se dedica a sabotear al juez, obligando así a éste a ejercer también de fiscal.
El tráfico de influencias, que de eso hablamos, es el delito más fácil de mostrar y el más difícil de demostrar. Resulta tan evidente como esquivable
Pues bien, la noticia es que el juez Juan Carlos Peinado ha decidido solicitar a la SEPI, la empresa de participaciones públicas del Estado, o sea, del Gobierno, información sobre el rescate de la compañía Air Europa y del grupo Globalia, propiedad de la familia Hidalgo, donde destacan dos personajes: el padre, 'Pepe Aviones', fundador la compañía; y su hijo, Javier Hidalgo, amigo personal de Begoña Gómez y patrocinador de las actividades filantrópicas de doña Begoña. La SEPI pertenece al Ministerio de Hacienda, que dirige la sin par vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero, la ministra más inteligente y más embustera de un Ejecutivo de mentirosos y algún ejemplar de vida inteligente.
Así que mucho me temo que al juez le va a resultar difícil, muy difícil, conseguir la información que solicita pero de seguro que Montero declara, a lo mejor esta misma mañana, que en cuanto le llegue la solicitud, que a lo mejor no le ha llegado, se pondrá manos a la obra y facilitará al juez 'toíta' la información solicitada. Faltaría más. Pues buena es Marisu...
En el caso Sánchez-Gómez, además, junto a las relaciones profesionales, filantrópicas, se mezclan las personales. Vamos, que hasta el potito sabe en Madrid de qué estamos hablando pero la gente seria no revuelve la porquería, por eso calla. Dicho esto: lo que no es admisible es asegurar que no hay porquería... cuando sí la hay
Entendámonos: caso Begoña Gómez. El juez Juan Carlos Peinado apunta el rescate de Air Europa: apunta bien. En pocas palabras, Air Europa, cuyo CEO era el amigo de Begoña Gómez, fue reflotada con dinero público, por el Gobierno que preside el marido de Begoña Gómez. Y aún más importante que el reflotamiento, fue el 'endosamiento' de Air Europa a Iberia, compañía privada que no tenía mucho que ganar con Air Europa pero que sabía que iba a recibir mucho a cambio. Iberia puso sus condiciones y accedió a comerse a Air Europa y subsumirla dentro del grupo IAG, que dirige Luis Gallego, otro buen gestor socialista.
Esto es, si tuviera vergüenza, Pedro Sánchez ya habría presentado la dimisión por el rescate de Globalia y de la familia Hidalgo con fondos públicos y por la absorción/reflotamiento de Air Europa por Iberia-IAG. Todo ello 'a cambio' de que Javier Hidalgo, amigo personal y patrocinador y colaborador de las actividades filantrópicas, como creo haber dicho antes, de doña Begoña, pudiera salvar su empresa familiar, que se hundía, y pueda ahora residir tranquilamente en Santo Domingo.
El problema de Begoña Gómez ha sido su obsesión, durante estos seis años, por ser el centro de atención de todo lo que le rodea a pesar de su pasado familiar y aprovechando su condición de esposa del presidente del Gobierno. Si hubiera optado por la discreción...
Ahora bien, el problema del juez Peinado, y a eso se atiene toda la tormenta propagandística sanchista, es que el tráfico de influencias, que de eso hablamos, es el delito más fácil de mostrar y el más difícil de demostrar. Resulta tan evidente como esquivable. Siempe habrá un abogado, un Camacho, o un fiscal, dispuesto a preguntar, "bueno ¿y qué?". Se trata de una casualidad. Demostrad, acusadores, que existe causalidad entre la amistad de Hidalgo con Begoña y el rescate de Globalia/Air Europa.
En el caso Sánchez-Gómez, además, junto a las relaciones profesionales, filantrópicas, se mezclan las personales. Vamos, que hasta el potito sabe en Madrid de qué estamos hablando pero la gente seria no revuelve la porquería: por eso calla. Dicho esto: lo que no es admisible es asegurar que no hay porquería... cuando sí que la hay. Eso, y me dirijo a algunos de mis compañeros periodistas, se llama mentir.
Peinado es un valiente que merece toda la ayuda del mundo. En la soledad del juez se enfrenta nada menos que al Sanchismo político, periodístico y, en breve, empresarial. Que no le pase nada
El problema de Begoña Gómez ha sido su obsesión, durante estos seis años, por ser el centro de atención de todo lo que le rodea a pesar de su pasado familiar y aprovechando su condición de esposa del presidente del Gobierno. Si hubiera optado por la discreción...
Peinado es un valiente que merece toda la ayuda del mundo. En la soledad del juez se enfrenta nada menos que al sanchismo político, periodístico y, en breve, empresarial. Que no le pase nada pero es propio de gente de bien apoyarle.
Y todo eso a la espera de que se destape el subcaso Marruecos, dentro de las andanzas de la filántropa Begoña Gómez que, sinceramente, suena aún peor que lo de Globalia/Air Europa y muchísimo peor que lo de Juan Carlos Barrabés. Y es que seguimos sin saber por qué Sánchez cedió el Sáhara al peor enemigo de España: un tal Mohamed VI de Marruecos.