La reacción de Occidente ante el ataque ruso a Crimea empieza a parecerse, como dos gotas de agua, a la reacción de Neville Chamberlain, aquel primer ministro británico pacifista que intentó apaciguar a Hitler y aceleró la II Guerra mundial.

Aún cuando Rusia ya ha bombardeado territorio ucraniano, la Unión Europea ha convocado un Consejo extraordinario y anuncia nuevas y terribles sanciones económicas. 

Pero la risión no podía acabar ahí, considerando que nuestra clase política es la que es. Ahí tienen a Gabriel Rufián, que en unas pocas palabras ha definido, mejor que en varios tratados, a la izquierda frentepopulista española: "Es cierto que Putin es un sátrapa, pero tampoco compartimos el espíritu belicista de la OTAN". 

Don Gabriel debería ser presidente del Gobierno y defendernos de Putin. Es un progresista.