Arrimadas siempre podrá decir que Bal le traicionó y se presentó a las elecciones por el control de Ciudadanos.
La rueda de prensa de Arrimadas, en la mañana del lunes 5 ha sido un tender la mano izquierda para el acuerdo a Edmundo Bal y al tiempo, abofetear con la derecha al rebelde Bal.
Todo ello dentro del tono de "mi compañero, mi mano derecha"... mi todo, ha llevado al partido a la ruptura, a romper la "candidatura de unidad" que, según Arrimadas, era de lo que se trataba de conseguir. Naturalmente, si Bal retrocede seguirá siendo la lideresa del partido; si no, pues se presentará a las primarias contra Bal.
Lo más gracioso de todo esto es que la lucha interna en Ciudadanos viene a ser como un reparto de la miseria: dos líderes enfrentados a dentelladas por el control de un partido que, en algunas encuestas, no obtendría ni un sólo diputado en unas generales.