Consejo de Ministros del martes 5 de octubre. Precedido, cómo no, por el hombre más parlanchín de España: el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que habla desde Sevilla y que nunca, nunca jamás, se queda afónico. Cada día habla más de prisa, sin pausa, la lección bien aprendida y siempre con mucha, muchísima, humildad.
Nos vende la gran iniciativa. una ley sobre vivienda, previo acuerdo con Podemos. Se lo resumo: todo al alquiler, nada a la propiedad. También nos lo venden, después, en condición de teloneros, los ministros de Presidencia, Félix Bolaños, cada día más cínico, e Isabel Rodríguez, la ministra portavoz, cada día más censora.
Sánchez les marca la pauta desde Sevilla: sus patrones son siempre los mismos. A fin de cuentas, el presidente del Gobierno es uno de los puntales del Nuevo Orden Mundial (NOM) y, por tanto, vive de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y de las agendas del aquelarre ONU: 2030, 2050 y en breve 2100. Y todo ello con dinero público, mejor con deuda pública. Ahora mismo con los fondos europeos, con el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
Todo con mucha humildad, por supuesto. Ojo al dato: “Estamos incluso mejor que antes de la pandemia pero no caemos en la complacencia”. Moviola: Sánchez asegura que, por supuesto gracias a él, que está en el gobierno desde junio de 2018, ya hemos superado la crisis y estamos mejor que en 2018, ahí es nada.
Como ya hemos explicado en Hispanidad, es mentira y gorda pero el personal se lo cree. Total, ¿para qué enfadarse?
Concretando: una hora antes del Consejo de ministros, Sánchez vuelve a ceder ante Podemos y pacta los Presupuestos de 2022, es decir, más gasto público y más subvenciones estatales y una ley de vivienda donde se topará el precio de los alquileres y que se lo pondrá difícil al propietario -otro ataque a la propiedad privada- , con nuevos impuestos (más IBI) a quien tenga un vivienda vacía y con alquileres de precio topado aunque, eso sí, en este caso se permitirá a los particulares desgravarse una porcentaje importante de sus impuestos.
A este Gobierno no le gusta la propiedad privada que hace al hombre libre. Prefiere que todos dependan de la subvención del Gobierno, pagada con fondos europeos y con nuestros impuestos
Otra medida, algo mejor, pero también marcada por las subvenciones públicas, un dinero que habrá que pagar, también el dinero de los fondos europeos, que en parte pagamos a escote entre todos los europeos y en parte los españoles, con los correspondientes intereses.
Ayuda a la rehabilitación de viviendas. Hombre, aquí algo avanzamos. La rehabilitación de viviendas -lo de menos es la excusa del cambio climático- es una idea que procede, curiosamente, del sector eléctrico, pero que, a falta de ideas propias, ha sido muy bien acogida en Moncloa.
Total, 5.500 millones de euros para la rehabilitación de viviendas. Hasta el 80% de ayudas a las rehabilitación.
Promoción de la vivienda social y pública de nuestros país: 20.000 nuevas viviendas para alquiler social.
Y todo ello merece aplauso. Ahora bien, el problema común a todas estas medidas, buenas, malas y regulares, es que muestran cómo los fondos europeos van a utilizarse en subvenciones, no en reindustrializar España.
Más ejemplos de subvenciones-limosna: 250 euros mensuales para vivienda entre jóvenes de 18 y 35 años con rentas anuales inferiores a 23.735. Por supuesto, en dos años, cuando ya haya convocado elecciones, las subvenciones se terminarán. Para que lo entiendan: si no me votas no habría prórroga de subvenciones par el alquiler.
Ojo, para alquiler. Los jóvenes que pretendan tener una vivienda en propiedad, la gran aspiración de Juan Español, desde el franquismo, deberán buscarse la vida por sí solos. A este gobierno no le gusta la propiedad privada que hace al hombre libre. Prefiere que todos los jóvenes españoles estén obligados a mendigar del Estado para mantener un voto cautivo. Voto de izquierdas, se entiende.
Sánchez es como un vendedor de crecepelo. Se mantiene en el poder gracia a una engañifa: la de que se preocupa de los vulnerables con cargo a una deuda pública creciente… que acabarán por pagar esos mismos vulnerables.
Y nunca, nunca jamás, se queda afónico.
El cinismo del ministro Bolaños y su ley de memoria democrático: durante la guerra civil española sólo hubo víctimas en el bando republicano
Comienza la rueda de prensa postConsejo y ni Isabel Rodríguez ni Félix Bolaños explican los pormenores del doble acuerdo con los comunistas de Podemos que sus servicios de prensa llevan vendiendo toda la mañana: acuerdo sobre pensiones y acuerdo sobre la futura Ley de Vivienda… “un nuevo paradigma”, aseguró la hortera de Yolanda Díaz.
Ayudas a La Palma. Más limosnas. Algunas bien pensadas, sobre todo la directas, pero otras con cargo a las compañías de servicio: no puedes cobrar la luz, ni el agua, ni el gas. Además, lo que está en juego en La Palma es… la misma isla. porque , en contra de lo que aseguraba Sánchez, no todo está saliendo según lo previsto.
Conste que no he llamado cínico al ministro de Presidencia, Feliz Bolaños, porque sí. Se lo llamo por la ley de memoria histórica. con un… cinismo sin parangón, nos informa de que “todas las víctimas, tanto las del golpe de Estado, como las de la guerra civil, como las del franquismo”… merecen reparación. La pregunta, que naturalmente Isabel Rodríguez no me permitió hacer (siempre le da la palabra a los mismos) es la siguiente:
-Señor Bolaños, ¿no hubo víctimas en el otro bando? ¿Durante la II República y durante la guerra civil? ¿De verdad que no?
Sí, don Félix Bolaños es un grandísimo cínico y está colaborando al guerracivilismo creciente en la sociedad española.
Y todo esto es lo que Sánchez llama una recuperación justa, es decir, subvencionada... y con el dinero de los demás, con nuestro dinero.