El artículo 102 de la Constitución española, dicta cómo actuar en caso de que el presidente del Gobierno traicione al país o atente contra la Seguridad del Estado... y en esa seguridad se incluye, obviamente, la unidad de España. Y así, y ante la convocatoria anticipada de elecciones en Cataluña y el intento de Puigdemont de coronarse, no a la primera, que será difícil, pero sí en un segunda fase como presidente de la Generalitat, mientras continúa extorsionando al resto de la nación, el equipo Feijóo baraja la posibilidad de invocar el artículo 102 de la Constitución, que habla de la responsabilidad criminal del presidente del Gobierno en el ejercicio de sus funciones.
Artículo 102 de la Constitución:
1. La responsabilidad criminal del presidente y los demás miembros del Gobierno será exigible, en su caso, ante la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo.
2. Si la acusación fuere por traición o por cualquier delito contra la seguridad del Estado en el ejercicio de sus funciones, sólo podrá ser planteada por iniciativa de la cuarta parte de los miembros del Congreso, y con la aprobación de la mayoría absoluta del mismo.
3. La prerrogativa real de gracia no será aplicable a ninguno de los supuestos del presente artículo.
Sí, es cierto que, antes que nada, para situar an Sánchez ante la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo se precisa mayoría absoluta y que al PP, aún con el apoyo de Vox, le faltan unos pocos votos para lograrlo y que no se puede confiar en la conciencia de unos diputados del PSOE que venderían a su madre con tal de seguir cobrando el sueldo. Pero al menos se conseguiría más con eso, y resultaría una opción más sincera del equipo Feijóo que la otra posibilidad: denunciar a Sánchez ante la Oficina de Conflictos de Intereses, con petición expresa de inhabilitación. Pero, hombre: si esa oficina depende del Ministerio de José Luis Escrivá. ¿Escrivá dando curso a una inhabilitación de su jefe? ¿Con un Sanchismo que opera en la impunidad, su marca de fábrica? ¡Amos-anda!
En el seno del PP ya hay quien pide a Núñez Feijóo que judicialice el pulso con Pedro Sánchez. Es cierto que el actual Ejecutivo se ha convertido en el reino de la impunidad propia y de la calumnia sobre el adversario y que la persecución obsesiva, contumaz, contra la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, sorprende hasta los colmillos más retorcidos de la política española. Ni tan siquiera ellos están acostumbrados a esta caza del hombre, concretada sobre una mujer por el feministo Sánchez.
En cualquier caso, esta es la tentación de Feijóo y ya se ha planteado en Génova. Ahora es el líder del PP quien debe tomar la decisión.