En pleno debate parlamentario por los Presupuestos de 2022, donde ni mi alabada María Jesús Montero, la embustera más brillante del arco político ibérico, pudo sostener lo insostenible, con un Pablo Casado que le dio un repaso para la historia parlamentaria, la vicepresidenta y ministra de Trabajo, la presunta figura emergente de la izquierda española, la que va a sustituir a Pedro Sánchez, la que va a ser la primera mujer presidenta del Gobierno en España, nada menos que doña Yolanda Díaz… asegura ahora que no puede derogar la reforma laboral del PP por razones técnicas: el regocijo aumenta en Madrid.
Yolanda Díaz asegura ahora que no puede derogar la reforma laboral del PP por razones técnicas: el regocijo aumenta en Madrid
Más que regocijo es pitorreo. ¿Tres años hablando de la derogación de la susodicha reforma Báñez y ahora resulta que es “técnicamente imposible”? ¿Y encima no va tocar la indemnización por despido que redujera el PP? Pitorreo, puro pitorreo. Yolanda es sanchismo y Sánchez ha creado una máquina de poder más que una ideología. Como ideología, Sánchez sólo es el nihilismo progre y aturdido que hace lustros se convirtió en lo políticamente correcto.
El pitorreo sobre la figura de la ‘vicepresidenta laboral’ alcanza las más altas cimas, en pleno debate sobre los Presupuestos
El sanchismo esta en disolución por propia inconsistencia. Sánchez y Díaz son dos cabezas huecas cuyo único objetivo en política es permanecer en la cumbre. Así que sólo la estupidez de la derecha cainita española podrá mantenerle en el cargo. Y es que el PP anda ya en guerra civil, azuzada por el secretario general, Teodoro García Egea.
Todo porque Casado está celoso del éxito de Díaz Ayuso. Como el resto de la clase política española, Casado no le es leal ni a su propio partido. Quiere que el PP llegue a La Moncloa, ciertamente, pero sólo porque es el único canal para convertirse en presidente del Gobierno.