Hoy miércoles ha habido sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados, en el que la rebaja del delito de sedición, la última cesión de Pedro Sánchez a los independentistas catalanes de ERC para que estos le aprueben los presupuestos, ha sobrevolado la cámara.
Porque, oh casualidad, la presidenta del Congreso de los Diputados, Meritxell Batet, ha convocado un pleno extraordinario mañana jueves por la tarde para debatir y votar las enmiendas a la totalidad contra la reforma del delito de sedición que coincidirá con el partido de fútbol de España y Japón, según adelantan fuentes parlamentarias a The Objective.
O sea, que el Gobierno quiere ocultar este debate, opacarlo, esconderlo, hacerlo con nocturnidad y alevosía, sabiendo que las audiencias que alcanzará el partido serán millonarias.
Y no solo eso: Partido Socialista y Unidas Podemos han solicitado su trámite por vía de urgencia y cumpliendo los mínimos plazos que permita el reglamento de la cámara. Su intención es aprobarlo antes de fin de año, informa Antena 3.
Estas artimañas y malas artes políticas recuerdan mucho a esa votación en un comité federal socialista, en octubre de 2016, en el que Pedro Sánchez y los suyos trataron de esconder una votación detrás de una mampara, en el colmo de la falta de transparencia y del olor a pucherazo.
El Gobierno quiere ocultar este debate, opacarlo, esconderlo, hacerlo con nocturnidad y alevosía, sabiendo que las audiencias que alcanzará el partido serán millonarias
En la sesión de control, el presidente de Vox, Santiago Abascal, le ha preguntado a Sánchez "qué otras cesiones a separatistas extremistas y delincuentes" se propone llevar a cabo. Antes de pronunciar la pregunta registrada, Abascal le ha recordado también la frase de Sánchez -"una de las cosas por las que pasaré a la historia..."- de esta semana. "¿No se siente ridículo, no es consciente de que le percibimos absolutamente lleno de vanidad y falto de modestia?", tras comparar al jefe del Ejecutivo con Nerón o Calígula por su "vanidad" y "falta de modestia".
Solo déspotas engreídos como Nerón o Calígula pudieron decir sin sonrojo que pasarían a la Historia.
— Santiago Abascal 🇪🇸 (@Santi_ABASCAL) November 30, 2022
Y efectivamente, Sánchez pasará a la Historia. Por ser aquel que ha liquidado todo cuanto en España funcionaba: de la economía a la seguridad, de la libertad a las instituciones. pic.twitter.com/5cIRkYj0sg
El líder de Vox ha considerado que Sánchez "pasará a la historia por desenterrar muertos e impedir su descanso, por haber cedido a todas las pretensiones de comunistas, de separatistas, de malversadores, de sediciosos, por lo tanto, de golpistas. Pasará a la historia por haber destruido todo lo que funcionaba en España y, será recordado, entre otras cosas, como el presidente que asaltó el Congreso e intentó amordazar a la oposición”.
"¿Qué más cosas puede hacer para ceder ante extremistas, separatistas y filoterroristas?", ha insistido sin haber sido llamado al orden por la presidenta de la Cámara, Meritxell Batet.
⚡ @Santi_ABASCAL recuerda a Pedro Sánchez que gobierna gracias a filoterroristas:
— VOX 🇪🇸 (@vox_es) November 30, 2022
"Será recordado como el presidente que incorporó a la dirección del Estado partidos que defienden a condenados por terrorismo, es decir, a filoterroristas".
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Precisamente hoy El Periódico ha difundido una encuesta según la cual un 48,2 por ciento de los españoles se declaran contrarios a rebajar el delito de sedición, frente a un 20,1 por ciento que sí que la avalan, y un 31,7 por ciento que no se pronuncia al respecto. Además, el 39,5% de catalanes también rechazan la rebaja de la sedición, frente a otro 39% de catalanes que la apoya y y un 21,6 por ciento se declara indiferente respecto la cuestión.
El sábado pasado 26 de noviembre, ABC publicó otra encuesta de GAD3 según la cual, el 56% de los votantes socialistas se opone a derogar el delito de sedición. Un 78 por ciento de los electores morados se opone a este cambio, un siete por ciento más que en el caso de los electores socialistas.
La muestra total indicaba que el 65,9 por ciento rechaza eliminar el delito de sedición, siendo los votantes de partidos independentistas y nacionalistas los únicos que aceptan esa reforma. El repudio ciudadano es aún más contundente en el caso de la posible reforma de la malversación. En este caso, el 76,8 por ciento de la población sondeada dice rechazar la reforma y solo un 7,5 por ciento asegura estar de acuerdo en que se lleve adelante.