El feroz aparato de propaganda del Sanchismo quiere otro gobierno Frankenstein. De hecho, ya lo jalea y cuenta los votos. Ya saben: Sánchez, presidente del gobierno Frankenstein con Yolandísima de vice: ejecutivo socio-comunista y guerracivilista. Como ni de lejos alcanza la mayoría absoluta (176), sino que POSE+Sumar se quedan en 153, a 23 escaños, el comité de agitación y Propaganda de Peter ya ha sumado nada menos que a PNV y Bildu (sí exetarras y proetarras, sin el menor rubor), a ERC y a Junts, que ambos reclaman, sobre todo el segundo, el derecho a la independencia de Cataluña mediante un referéndum. Ya han especificado que Junts, precisamente el partido que lidera Puigdemont, ahora pendiente de una orden de búsqueda y captura lanzada por el juez Llarena, pone precio a un apoyo a Sánchez: "Amnistía y autodeterminación".

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Y si no, pues siempre quedará alguien perdido por ahí, del Bloque gallego, de la parte más majorera y majadera de Canarias, que no es de derechas ni de izquierdas, ni de nada. Y que pidan lo que quieran: más aborto, más eutanasia, más ideología de género, más transexualidad. Ya se sabe que Irene Montero lo ha dejado en ese punto desde el que sólo se puede pedir eso: más.

Mientras, la colonia venezolana residente en España repite la misma letanía: así empezamos nosotros y miren cómo hemos acabado... con Maduro

Volvamos al inicio: Alberto Núñez Feijóo quiere un acuerdo con Sánchez, Sánchez quiere repetir su pacto con los orcos de Mordor.

Puchi vuelve a ser el centro de la feria.

El aparato de propaganda del Sanchismo ya ni se preocupa en disimular. PRISA, sí, pero, antes que nadie RTVE, que está 'desatá'. 

Y si el Rey Felipe VI se atreviera a forzar un acuerdo PP/PSOE, que no se atreverá, tampoco regeneraría España: no se trata de izquierdas contra derechas sino de progresismo contra cristianismo

Lo lógico es que el jefe del Estado, el Rey Felipe VI, se atreviera a forzar un acuerdo PP/PSOE, que no se atreverá, tampoco regeneraría España. Y es que no se trata de izquierdas contra derechas sino de progresismo contra cristianismo. Y resulta que el PP es progre de derechas mientras el PSOE es progre de izquierdas: son lo mismo, los dos son progres. 

Mientras la colonia venezolana residente en España repite la misma letanía: cuidado, que así empezamos nosotros... y acabamos en Maduro. Por de pronto, Pedro Sánchez ya besa, cariñosísimo, a la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez.