Lo contamos ayer. Dos candidatos del PSOE en Mojácar (Almería) fueron detenidos por la Guardia Civil junto a otras cinco personas por una supuesta trama de compra de votos de cara a las elecciones municipales de este próximo 28 de mayo.
En concreto, se trata del 'número 2’ del PSOE, Francisco Bartolomé Flores, y el 'número 5', Cristóbal Vizcaíno.
En ese contexto, y según publica hoy ABC, la documentación intervenida por los agentes confirma los indicios de fraude electoral para favorecer al PSOE.
El captado -fundamentalmente a personas extranjeras con escasos recursos- pedía el voto por correo y una vez llegaba la documentación a su casa, introducía la papeleta pactada y era acompañado por una persona de la trama para presentar el voto. El pago se producía a la salida de la oficina, una vez completado el sufragio, relata ABC.
Así las cosas, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, ha pedido "responsabilidad" a los partidos implicados en el "fraude" de la compra de votos y específicamente ha exigido al PSOE que se comprometa a no pactar "nunca más" con Coalición por Melilla y que repase su lista en Mójacar para decidir si procede mantenerla.
Mientras que el presidente de la Junta de Extremadura y candidato del PSOE a la reelección a la Presidencia del Ejecutivo regional, Guillermo Fernández Vara, ha tachado de "golfada" la presunta compra de votos por correo en Melilla y Mojácar y ha pedido que se aplique el código penal "a los golfos", refiriéndose con este término a los detenidos de ambas tramas.
Pero no es una golfada señor Vara. Es un delito y el peor delito que se puede cometer en democracia: alterar la voluntad de los ciudadanos. Y eso, aunque sea en una pequeña localidad.