Joan Groizard es tan radical verde y antinuclear como Teresa Ribera y hay prueba de ello. Aunque el pasado 28 de noviembre ha sido nombrado nuevo secretario de Estado de Energía, algo que temía el sector energético español, se le puede atribuir lo último que ha sucedido en el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE): la celebración de su 40 cumpleaños... sin mencionar la nuclear, una energía que no emite CO2, asegura el suministro eléctrico y es barata (y aún lo sería más si bajaran sus elevados y redundantes impuestos).

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Hasta ser nombrado nuevo secretario de Estado de Energía, es decir, número dos de Sara Aagesen (la sustituta de Ribera como vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico), era el director general del IDAE desde septiembre de 2019, donde trabajaba desde noviembre de 2018. Tanto en la página web como en un anuncio publicitario, este organismo público se ha olvidado de la nuclear, a pesar de que en 2023 generó el 20,34% de la electricidad española (el equivalente al consumo de 15 millones de hogares), situándose sólo por detrás de la eólica (23,46%), pero ojo, lo hizo ¡con sólo un 5,69% de potencia instalada! Además, en los once primeros meses del año, la nuclear ha generado el 19,7% de la electricidad, según los últimos datos de Redeia, ocupando la segunda posición por detrás de la eólica (22,8%).

En su página web, el IDAE habla muchas veces de “querida energía” para lanzar unas afirmaciones, pero muchas no se ajustan a la realidad. “Hemos pasado de traerte desde muy lejos a ser autosuficientes”, aunque es falso, es su forma de referir el autoconsumo. “Hemos pasado de desperdiciarte a no dejarte escapar”, también es falso... pues hay vertidos de renovables (paneles solares y turbinas eólicas generan mucha energía cuando hay sol y viento, pero no se puede almacenar la sobrante... y se pierde). Y por supuesto, no falta la ideología radical verde de Groizard en estas frases: “Hemos pasado de apagar la luz para ahorrar a hacerlo también por el planeta” y “Hemos pasado de movernos en coche a movernos por nuestra salud y la del planeta”. Habría que ver qué opina el secretario de Estado de Energía de los numerosos y caros vuelos de Pedro Sánchez en el Falcon y de si también se apunta a montar en bici al estilo de Ribera, escoltado por coches de combustión. 

El lema del 40 aniversario del IDAE es “¡Ay, querida energía! Lo que hemos cambiado y lo que vamos a cambiar” y remite a su web. En esta última se puede ver un recorrido por su historia, donde habla de la fotovoltaica, la eólica, la biomasa forestal, el bioetanol, la energía undimotriz (aprovecha el movimiento de las olas del mar para generar electricidad), la hidroeólica, el almacenamiento en baterías, la hidroeléctrica de bombeo, la eólica marina, el hidrógeno renovable... pero nada de la nuclear, a pesar de que no emite CO2.

Y por cierto, el relevo de Groizard al frente del IDAE es Miguel Rodrigo, quien tampoco ha hablado mucho de la nuclear. Es más, hace poco más de un año, refería que “podemos convertir la eólica marina española en exportadora”. Un proyecto que, por ahora, tiene más de utopía que de realidad en nuestro país y no se puede olvidar la crisis que vivieron ciertas compañías dedicadas a dicha energía hace unos meses. Además, su afirmación recuerda a otro proyecto que vende demasiado el Gobierno Sánchez y Enagás: la ruina del transporte del hidrógeno verde al resto de Europa.