Médico, madre, ministra de Sanidad, defensora de la sanidad pública, pistolera, líder de Más Madrid... no hay tarjeta de visita que pueda aglutinar todos los cargos y tareas de Mónica García, pero por si fuera poco, ella no quiere descanso porque todo lo hace por los españoles. Por este motivo ha anunciado que va a dar el salto internacional y que presenta su candidatura para el Consejo Ejecutivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Presento mi candidatura para el Comité Ejecutivo de la Organización Mundial de la Salud. Es hora de que España tenga más relevancia en las políticas de salud mundiales, en señalar los determinantes sociales que inciden en ellas y en asegurar su protección ante el cambio climático
— Mónica García (@Monica_Garcia_G) May 20, 2024
En sus propias palabras, Mónica se presenta por España, por patriota y por nada más. No piensen que la creciente irrelevancia de Sumar tiene algo que ver en que Mónica quiera mudarse a Bruselas.
Y siendo sinceros, Mónica encaja en la OMS, porque recordemos que se preocupa por el cambio climático, y eso es muy de la Europa del siglo XXI, y encima Mónica es original, de ahí que propusiera dispensadores de crema solar por las calles o los refugios climáticos.
Mónica también es feminista, otro de los requisitos indispensables para que te acepten en Bruselas, y no podemos olvidar que firmó un pacto para acabar con frases como: "Los que se pelean se desean", "Sonríe un poco más" o "Tía, voy al baño. ¿Me sujetas la copa?". Sin dejarnos su preocupación por la planificación familiar, para lo que propuso preservativos gratuitos con la leyenda "aunque tengas una mala racha".
Mónica también es partidaria de subir impuestos. De ahí que presentara una batería de tributos para las "casas vacías sin justificación" y acabar con el "terraplanismo inmobiliario" de Ayuso, medida con la que se autoimponía un impuesto. A lo que hay que sumar sus iniciativas para prohibir el tabaco pero legalizar el cannabis, todo para que España se convierta en una industria pionera, desde Europa podrá proponer que los fondos se usen para esto, total, se trata de reindustrializar el país.
Si Mónica logra su puesto, los europeos podrán disfrutar con sus consejos: desde regar las plantas a primera hora de la mañana sin mojar las hojas, hasta recomendarnos ducharnos antes de bañarnos en la piscina o trucos de cómo hacer un buen salmorejo.
Y no podemos dejar de mencionar otro rasgo muy europeista, la cristofobia, para lo que Mónica tiene una gran capacidad que quedó demostrada cuando insultó a los cristianos con su campaña: 'Madrid es la hostia'.
Y lo más importante, Mónica defiende el aborto: recordemos que cuando Hispanidad le dijo que la Organización Mundial de la Salud (OMS), dirigida por Tedros Adhanom, uno de nuestros peores ciudadanos, promovía el aborto hasta el mismísimo parto (después del nacimiento, Tedros no ha dicho nada, por el momento), ella lo negaba.
Ya le aclaramos a la señora ministra que Tedros ha solicitado que ningún país se atreva a limitar el ‘derecho al aborto’ basándose en “límites de edad gestacional”. O sea, aborto libre hasta el mismísimo parto… y más allá. Pero seguro que en cuanto consiga el cargo, Mónica promueve, con más fuerza aún, el aborto libre.