Decíamos que Nadia Calviño y Teresa Ribera estaban enfrentadas ya desde antes del 23-J porque la primera abrió la puerta a que el Estado pague los laudos de las renovables, algo a lo que la segunda se niega, mientras los fondos de inversión insisten en que quieren cobrar sí o sí, y ya ha habido amenazas de embargos en varios países (Reino Unido y Australia, por ejemplo). Pero esos laudos son tan sólo uno de los temas que complica la candidatura de la vicepresidenta económica, ahora en funciones, de cara a la presidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI).

Calviño quiere volver a Europa, donde ya estuvo, pero si la opción no sale bien no quiere salir de la primera línea política española, pese a los muchos desastres que acumula (España tiene una elevada inflación subyacente, es líder en paro en la UE y caída del PIB per cápita, y hace poco que superó el PIB preCovid). Por si esto no bastara, amenaza con subir y prolongar el impuesto extraordinario a la banca, anuncio que provocó el hundimiento de los bancos en bolsa. Con todo esto, aspira a tener un hueco en caso de que haya un nuevo Gobierno Sánchez, algo que podría suceder si fracasa la investidura del pepero Alberto Núñez Feijóo y el rey Felipe VI propone después la investidura del líder socialista. De hecho, Pedro Sánchez ya se ve, de nuevo, presidente. La aspiración de Calviño a ese hueco en un futuro Ejecutivo no hace ninguna gracia a la vicepresidenta ecológica, que ha sido número dos de la lista del PSOE por Madrid y ha hecho mucha campaña a través de su Twitter de cara al 23-J... y aspira a ser la numero dos del Ejcutivo, al igual que ha sido número dos, después de Sánchez, en la lista por Madrid.

eE grupo de los liberales europeos (Renew Europe) ha pedido el apoyo de los 27 Estados miembros a la candidatura de Vestager, pues la consideran la “mejor cualificada” porque “encarna el interés general europeo y la mentalidad de futuro que las instituciones necesitan más que nunca”

En paralelo, hay que tener en cuenta que a Calviño se le complica la opción de presidir el BEI. La competencia crece, pues la gran favorita es la vicepresidenta ejecutiva de la Comisión Europea y comisaria de Competencia, la danesa Margrethe Vestager. Claro que no es la única rival de la política coruñesa porque también optan a presidir el BEI: el ex ministro de Economía italiano Daniele Franco, la ex ministra de Finanzas de Polonia y vicepresidenta del BEI, Teresa Czerwinska; y el sueco Thomas Östros, también vicepresidente del BEI. Y ojo, porque la candidatura de Calviño no gusta mucho ni en Alemania ni en Francia: en el país germano, en especial, el Partido Liberal (FDP), que forma parte de la coalición que lidera el socialdemócrata Olaf Scholz, critica que la candidatura se haya oficializado con Gobierno en funciones y también que intentara colocar a su marido, Ignacio Manrique de Lara, en Patrimonio Nacional; y en el país galo quieren que Calviño sea pronuclear, o al menos, no antinuclear. 

Por último, cabe destacar que el grupo de los liberales europeos (Renew Europe) ha pedido el apoyo de los 27 Estados miembros a la candidatura de Vestager, pues la consideran la “mejor cualificada” porque “encarna el interés general europeo y la mentalidad de futuro que las instituciones necesitan más que nunca”. Este apoyo resulta lógico, pues la danesa pertenece al Partido Social Liberal de su país, que está integrado en Renew Europe en el Parlamento Europeo (en esta familia política también está Ciudadanos). La votación de las candidaturas a la presidencia del BEI se producirá en la reunión de los ministros de Finanzas de la UE que se celebrará en Santiago de Compostela los próximos 16 y 17 de este mes.