Contamos en Hispanidad que el Tribunal Constitucional español avaló este martes la ley de aborto de Pedro Sánchez e Irene Montero, que permite abortar a las niñas de 16 y 17 años sin necesidad de consentimiento paterno, además suprime los tres días de reflexión y la información que se le facilitaba a la madre para poder estudiar otras alternativas al aborto.

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Y la reacción del obispo de Orihuela-Alicante, José Ignacio Munilla, no se ha hecho esperar, publicando en  sus redes sociales su "decálogo" sobre una sentencia que considera "ignominiosa" por parte del Tribunal Constitucional.

1.- Se reafirma el “derecho a matar” a un hijo en el seno materno. ¿Puede caber una abominación mayor?

2.- Se desprecia, una vez más, la patria potestad de los padres hacia sus hijas menores de edad. (Aunque, eso sí, ¡tendrán que seguir firmando el permiso para el viaje de estudios!)

3.- Se anula el periodo de tres días de reflexión… (¡Mejor no pensar!)

4.- Se le niega a la mujer la información de los posibles efectos secundarios del aborto, a diferencia de lo que ocurre en cualquier intervención médica…

5.- Se prohíbe ofrecer alternativas para las mujeres que pudieran decidir seguir adelante con su embarazo…

6.- Se obliga a los hospitales públicos a participar en esta matanza… poniendo en el punto de mira a los médicos objetores y excluyéndoles de los comités hospitalarios de bioética.

7.- Se discrimina a las asociaciones que sostienen la defensa de la vida de los niños no nacidos, negando que puedan recibir ayudas públicas, simplemente por razón de su “opinión”.

8.- El Estado asume la visión de la sexualidad de la ideología Gender, vulnerando principio de neutralidad ideológica del Estado y sesgando el derecho de los padres a formar la conciencia moral de sus hijos desde sus convicciones.

9.- Se demuestra que el Tribunal Constitucional Español ha pasado a ser un órgano político al servicio del Gobierno. Baste recordar que en 1985, el Tribunal Constitucional reconoció el 'derecho a la vida del nasciturus'... ¿Cómo se explica que ahora se avale la constitucionalidad de una ley que permite abortar libremente? ¿No es esto una prevaricación, en la que la ideología se impone sobre el derecho?

10.- Se intenta intimidar a cuantos decidamos libre y respetuosamente rezar ante una clínica abortista. (Obviamente, no han podido prohibirlo, y ¡lo seguiremos haciendo!)