Pedro Sánchez no deja de sorprender. Aunque presuma de ser muy verde y ‘ecológico’, lo cierto es que su viaje a la COP29 en Azerbaiyán no sólo saldrá caro a los españoles sino que será muy contaminante con el planeta: se ha llevado no uno, sino dos aviones (un Falcon 900 y un Airbus A-310), lo que ha supuesto la emisión de casi 89 toneladas de CO2, lo que equivale a las emisiones de un coche durante ocho años conduciendo, y ha acarreado un gasto en combustible cercano a los 35.000 euros, según la web Falcon Despega,... y ojo, eso sólo en el viaje de ida.
En concreto, al mediodía del lunes 11, el presidente movilizó un helicóptero Super Puma desde la base de Cuatro Vientos a Moncloa para trasladarle a la base militar de Torrejón de Ardoz, donde se subió al Airbus A-310 (que cuenta con una capacidad de 220 asientos), junto al resto de la comitiva gubernamental y la prensa invitada. En lugar de hacer ese trayecto (de unos 30 minutos de duración) en coche oficial, que contamina menos que un helicóptero, el presidente del Gobierno ha optado una vez más por este último, no como el Rey, que suele hacer dicho recorrido en coche oficial. Otra cosa más de la que Sánchez puede aprender de Felipe VI, tras la lección que este último y la reina Letizia le dieron en la visita a Paiporta (Valencia), donde no salieron huyendo ante las quejas de los afectados por la trágica DANA y se quedaron a escucharles y a mostrarles su apoyo.
El Falcon 900 ha volado de vacío hacia la capital de Azerbaiyán, con el fin de quedar a disposición del presidente... si el Airbus A-310 sufre alguna avería. ¿Y no sería mejor que dicho jet privado, caro y contaminante, se quedara en España... y en caso de avería, volara hacía allí?
Por tanto, para irse a Bakú, Sánchez movilizó tres aeronaves del Ejército del Aire. ¡Qué ‘ecológico’ y ‘ahorrador’! Asimismo, cabe referir que el Falcon 900 (cuya capacidad es de 18 asientos) ha volado de vacío hacia la capital de Azerbaiyán, con el fin de quedar a disposición del presidente... si el Airbus A-310 sufre alguna avería. ¿Y no sería mejor que dicho jet privado, caro y contaminante, se quedara en España... y en caso de avería, volara hacía allí? Y es que como recoge Falcon Despega, el vuelo del citado Falcon 900 ha emitido 20,25 toneladas de CO2 (el equivalente a las de un coche durante dos años conduciendo) y ha supuesto un gasto en combustible (en concreto en queroseno) de 7.953 euros. Por su parte, el vuelo de ida del Airbus A-310 ha emitido 68,59 toneladas de CO2 (el equivalente a las de un coche durante seis años) y ha costado 26.935 euros. Unas cifras que habría que duplicar al tener en cuenta sus respectivos viajes de vuelta cuando se produzcan.
Otro viaje ‘ecológico’ de Sánchez, pero se da la paradoja de que esta vez el destino es la COP29... donde se pretende que la religión climática promueva una ingeniería social global. Asimismo, no es la primera vez que el lleva el Falcon de vacío, pues lo hizo en su viaje oficial a la India hace unas semanas... donde no cogió este jet privado al acabar su rueda de prensa, pese a que ya empezaban a verse los primeros efectos de la DANA, sino que cuatro horas y media después voló con el resto de la delegación y la prensa en el Airbus. Sánchez debería recordar que el pepero José María Aznar solía usar sólo un avión en sus viajes... por tanto, contaminaba menos y salía más barato al erario público.
El tema de los viajes es un aspecto más de un Sánchez que está en histeria total, pero que no ha tenido el más mínimo reparo en colgarse otra medalla con más ayudas para los afectados de la trágica DANA, pese a que su actuación y gestión deja que desear desde el primer momento y el descontento se hizo patente en su visita a Paiporta junto a los Reyes. También ha dejado ver su rotundo apoyo a la gran cuestionada ante la DANA, Teresa Ribera, de cuyo Ministerio depende la Aemet y la Confederación Hidrográfica del Júcar, al afirmar que “el mundo necesita más Teresa Ribera y menos negacionistas del cambio climático”. Y no sólo eso, Sánchez ha avisado a Ursula von der Leyen de que no tolerará un ‘no’ del Europarlamento a Ribera, que este martes por la tarde afronta su examen en Estrasburgo para ser vicepresidenta ejecutiva para una Transición Limpia, Justa y Competitiva, así como responsable de Competencia, en la nueva Comisión Europea cuyo mandato empezará el próximo 1 de diciembre.
Y por cierto, desde Moncloa, Sánchez no sólo aprovechó para apoyar a Ribera, sino que se mostró emocionado con la labor de los medios informativos (los que considera los buenos, por supuesto, no los independientes digitales -entre los que podría incluirse al periodista Iker Jiménez- ni el periodismo ciudadano...). Asimismo, cabe destacar que su esposa, Begoña Gómez, ha comunicado al juez Peinado que no acudirá a la citación del próximo día 18 porque estará en la reunión del G-20 en Brasil. Y ojo, Sánchez no acompañará a Felipe VI a la XXIX Cumbre Iberoamericana que se celebrará en Ecuador en unos días, bajo el lema ‘Innovación, Inclusión y Sostenibilidad’, sino que ha mandado al ministro de Exteriores, José Manuel Albares.