En mayo del año 2005, Pilar Ruiz Albisu, la madre del asesinado por ETA Joseba Pagazaurtundúa, le adelantó al socialista vasco Patxi López, cuando este se avino a dialogar con ETA-Batasuna: "Patxi, dirás y harás muchas más cosas que me helarán la sangre". 

Esa frase dirigida a Patxi López se ha cumplido en el actual PSOE de Pedro Sánchez, empeñado en aprobar una reforma legal por la que se verán reducidas las penas de cárcel a presos etarras que provocó un monumental enfado de las víctimas de ETA con el Gobierno, el PP, Vox y UPN por haberla tramitado si oposición en el Congreso.

Si el pasado lunes, el pleno del Senado, con mayoría del PP, aprobaba devolver la citada reforma legal al Congreso para que la volviese a tramitar, retrasando un poco su aprobación (tras el imperdonable error del PP, Vox y UPN de no haberse opuesto a ella en su primera revisión en la Cámara Baja), este martes la Mesa del Congreso, controlada por PSOE y Sumar ha decidido darla por aprobada y enviarla al Boletín Oficial del Estado (BOE) para su publicación y entrada en vigor. 

De esa manera, el PSOE de Pedro Sánchez y Patxi López se evita el sofocón y el bochorno de tener que defenderla públicamente. 

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Pero el problema de fondo ya se sabe cuál es: Pedro Sánchez necesita contentar a EH Bildu -la coalición en la que se integran los herederos de Batasuna, el brazo político de ETA, y que nunca ha condenado los asesinatos de la banda terrorista- para poder contar con sus votos en los próximo Presupuestos y en pago por haberle hecho presidente del Gobierno. Ya lo dijo su líder, Arnaldo Otegi: "Tenemos a 200 presos en la cárcel y si para sacarlos hay que votar los Presupuestos, pues los votamos". O si tenemos que hacer presidente a Sánchez -quien había perjurado varias veces que nunca pactaría con EH Bildu-,  pues le votamos. 

"Pedro, dirás y harás muchas más cosas que nos helarán la sangre", cabría decirle hoy a Pedro Sánchez. 

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Una vez más, el PSOE vuelve a burlarse de las víctimas del terrorismo. La reacción de Maite Araluce, presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), no se ha hecho esperar: "Lo que le entra por un oído le sale por el otro". 

Todo esto sucede cuando aún no han pasado ni 24 horas desde que el pleno del Senado aprobara devolver la citada reforma legal al Congreso para que la volviera a tramitar. En la Cámara Alta, Mari Mar Blanco, diputada del PP, víctima del terrorismo etarra y presidenta de la Fundación Miguel Ángel Blanco, hizo una última apelación que, a la luz de lo que ha hecho este martes la Mesa del Congreso, ha caído en saco roto. 

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Recuerden que hace unos días, al hilo de la citada reforma legal, Maite Araluce subrayó que las víctimas se sentían engañadas, devastadas y con un sentimiento de indefensión absoluto a través de una carta que remitió al propio Sánchez. Es más, en la misiva, destacó que "la centralita de la AVT está colapsada de víctimas del terrorismo que contactan con la asociación con ataques de pánico y ansiedad. El sentimiento generalizado es el de que están volviendo a matar a nuestros familiares. Como si los terroristas estuvieran celebrando la victoria bailando sobre sus tumbas". Una carta a la que aún no ha respondido Sánchez. 

Tampoco hay que olvidar que el pasado 12 de octubre, día de la Fiesta Nacional y día de la Hispanidad, Araluce acudió a la recepción ofrecida por los Reyes en el Palacio Real y allí le reprochó a Sánchez que tenga olvidadas a las víctimas del terrorismo. Por supuesto, el presidente del Gobierno no se dio por aludido ni pidió perdón, respondiendo a la presidenta de la AVT que era "su opinión". ¡Lamentable, señor Sánchez!