Hay una frontera muy tenue entre el sectarismo y el ridículo. Pedro Sánchez lo ha traspasado en su balance de fin de curso. No dijo nada, aunque se sacó un nuevo conejo de la chistera: se presentó ante los medios informativos sin corbata, al igual que su ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, su secretario de Estado de Economía, Francesc Vallès Vives, su jefe de Gabinete, Óscar López... Esta es la solución a la crisis energética. Lo dicho: ridículo.
Mañana en bermudas, para controlar la inflación.
— Joaquín (@urkom6_jsf) July 29, 2022
Ánimo, Antonio..!!
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Tres cuartos de hora hablando antes de dar la palabras a los plumíferos, aunque estos hacen demasiadas preguntas.
Necesita recuperarse en las encuestas y ha decidido hacerlo por la izquierda
Ya saben, contra el cambio climático, fuera corbatas. Este hombre parece haber olvidado que un caballero nunca tiene calor. Y en cualquier caso, ¿de verdad ahorras energía por prescindir de la corbata?
Pero se necesita algo más que acudir sin corbata -por qué no sin traje, ahorraría más- para subir en las encuestas que eso es de lo que se trata. Naturalmente que Sánchez no quiere convocar elecciones. Como que las perdería.
Y para darle la vuela la tortilla tenía dos opciones; acercarse a la derecha o a la izquierda. Ha decidido que a la izquierda. Pedro Sánchez se ha convertido en Pedro el 'rojo'. El presidente del Gobierno se echa al monte. Ojo al dato: "si protestan Ana Botín e Ignacio Galán es que vamos en la buena dirección". ¡Olé la chulería! Así con nombres y apellidos y hablando en nombre de los pobres que luchan contra los ricos, contra los banqueros, los energéticos y demás gente de mal vivir.
A Sánchez ya sólo le queda la demagogia y el comunismo: la derecha es ultraderecha y es muy mala. Sus elogios, para los podemitas, independentistas y hasta proetarras
A Sánchez ya sólo le queda la demagogia y el comunismo: la derecha es ultraderecha y es muy mala. Sus elogios son para sus socios: podemitas, independentistas y hasta proetarras. Todo vale salvo la derecha, que es muy mala. Y ahora se ha nos ha convertido en el portavoz de los pobres para luchar contra los ricos: matemos a Ana Botín y a Ignacio Galán.
Asegura gobernar para la clase media y trabajadora. Yo diría que gobierna para los resentidos, que están en todas las clases sociales y en todos los niveles económicos
Pero ojo, Pedro el Rojo gobierna para la clase media-trabajadora. Pues va a ser que no: gobierna para los resentidos. Ya habla de ricos y pobres.
Menudo año y medio nos espera.