A Pedro Sánchez se le acumulan los frentes abiertos… y las críticas, algunas, incluso, dirigidas desde su propio partido -o lo que queda de él-. A un mes y medio de la celebración del Congreso Federal del PSOE, en Sevilla, Sánchez vive uno de los momentos de más debilidad desde que está en La Moncloa.

Más de uno pensará, y no le faltarán argumentos, que el presidente más enamorado desde la Transición está acostumbrado a vivir en el alambre y que, en el fondo, le da lo mismo mientras siga en Moncloa. Además, el único que puede disolver las Cortes y convocar elecciones es él, y no está en su agenda hacerlo.

Todo eso es cierto, pero el odio a Sánchez está llegando a cotas nunca antes exploradas y el presidente tiene cada vez más frentes abiertos. Vamos con los hechos.

“Hay quien dice que no hay nadie que pueda sustituir a Sánchez. La política no resiste el vacío, podría no ser Sánchez. Podría no ser Sánchez y habría candidatos con envergadura para serlo en el partido. Tengo en la cabeza varios, pero si lo que sale de mi cabeza se conoce públicamente está muerto”. Así se despachó Felipe González este jueves, en el programa Espejo Público, de Antena3. No sean conspiranoicos: según fuentes de la cadena, Felipe, junto a Alfonso Guerra, acudió a la llamada de Susanna Griso con motivo del aniversario del histórico congreso socialista de Suresnes -año 1974-, en el que salió elegido secretario general.

"Tengo en la cabeza varios (candidatos), pero si lo que sale de mi cabeza se conoce públicamente está muerto", afirmó Felipe González en el programa Espejo Público, en referencia al próximo Congreso Federal del PSOE

Nada que ver con el próximo congreso federal del PSOE, que se celebrará del 29 de noviembre al 1 de diciembre, en Sevilla, en el que Sánchez será reelegido a la búlgara, por aclamación. Ahora bien, eso no significa que el amado líder no tenga oposición dentro del partido. Conocidas son las posiciones contrarias de Javier Lambán, líder del PSOE en Aragón, y Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha, quien tendría el apoyo de varios barones regionales del partido. No se alboroten: al final no pasará nada.

Uno de los golpes más duros que ha recibido Sánchez este jueves ha sido el que le ha propiciado El País. El diario de cabecera del Sanchismo, ha publicado ‘Tomarte por idiota’, un artículo de Daniel Gascón en el que pone al Gobierno de vuelta y media. En él dice, por ejemplo, que es el “principal factor de degradación democrática e institucional en nuestro país y principal esparcidor de bulos”. Que esto lo publique El País de Pepa Bueno es muy significativo.

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Mucho más grave fue la información publicada el día 6 en Libertad Digital acerca del encuentro entre Aldama, a quien el juez ha metido en prisión este jueves por el fraude de hidrocarburos, Begoña Gómez y Javier Hidalgo, CEO de Globalia (Air Europa, que fue rescatada con dinero público), en San Petersburgo. ¿No será que existe una conexión total entre los casos Koldo, Begoña y el de hidrocarburos? De momento, Aldama ya está en prisión provisional y Ábalos podría estar a un paso de ser imputado, tras la petición del juez al Congreso para que acredite que es diputado.

Unido a todo esto, ha resurgido entre los socialistas la idea de que Sánchez es un tramposo, como demostró con aquel episodio lamentable de la urna tras un biombo, en Ferraz, en 2016. Intentó engañarnos entonces y lo cierto es que no ha dejado de hacerlo desde que está en Moncloa, piensan.

Ha resurgido entre los socialistas la idea de que Sánchez es un tramposo, como demostró con aquel episodio lamentable de la urna tras un biombo, en Ferraz

Pero no nos engañemos, Sánchez está acostumbrado a vivir en el alambre. En contraposición a todos estos frentes, el presidente cuenta con el apoyo incondicional de los ministros -y ministras-, por supuesto, así como de los 121 diputados y 73 senadores socialistas, cuyo sueldo está sujeto a la duración de la legislatura y si logra llegar hasta el final, mucho mejor.

El otro gran apoyo de Sánchez es Salvador Illa que, por otra parte, le debe su puesto de president de la Generalitat al amado líder. Bueno, y a ERC que apoyó su investidura, eso sí, a cambio del cupo catalán. Un apoyo que tampoco pasa por su mejor momento: ERC ya ha amenazado con no apoyar los presupuestos catalanes si no hay avances en el cupo.

El cerco en torno a Sánchez se va cerrando, pero no conviene olvidar que el presidente está acostumbrado a vivir al límite. Ahora bien, vivir así tiene un límite para los que le rodean.