Fuentes monclovitas me dicen que Pedro Sánchez ha dado orden a su ejército de asesores de planificar, no para una legislatura de cuatro años, sino para dos. El presidente del Gobierno está empeñado en superar el récord de Felipe González, más de 13 años en Moncloa, pues ganó las elecciones el 28 de octubre de 1982 y se marchó tras perder ante Aznar un 3 de marzo de 1996.
¿Y España lo aguantará? España lo aguanta todo, muchacho. Es cierto que el Sánchez ha forjado una España irrespirable y que el guerracivilismo cunde pero, no se engañen, el presidente no va a ceder por cansancio. El botox le da fuerzas para continuar a perpetuidad. España puede haber alcanzado su punto crítico pero a Sánchez le gusta demasiado la poltrona de Moncloa como para romper la cuerda.
Sorprende esta orden porque la sensación general, tanto en el PP como en el PSOE, es la contraria. Nos desayunamos todos los días con analistas políticos que aseguran que en Ferraz todo el mundo dice que no es posible aguantar toda la legislatura, con las exigencias constantes de los indepes vascos y catalanes, siempre pendientes del último capricho de 'Puchimón'. Lo cierto que no es Sánchez quien está en manos de Puchi sino Puchi quien está en manos de Sánchez. Y esto porque la impunidad que pretende el prófugo sólo puede conseguirla mientras mantenga a don Pedro en Moncloa, así que, ¿a quién pretende engañar?
Como dice alguien que le conoce bien, después de cada batalla "sale duchado" y, si fuera el caso, con el ácido hialurónico aplicado. Sánchez tiene dos virtudes: la osadía y la laboriosidad. Vive para mantenerse en el poder y está dispuesto a trabajar todas las horas que sean necesarias para conseguirlo. Mantenerse en el poder es su vida.
Y tiene un defecto: la egolatría, el narcisismo. Con ese bagaje se ha empeñado en superar el récord de Felipe González. Eso le exige, por de pronto, planificar para dos legislaturas, no para una.
¿Y no sería mejor volver al bipartidismo, es decir, pactar con el PP y obligarle a este a desechar a Vox mientras el PSOE desecha a Sumar-Podemos y a los indepes vascos y catalanes? La respuesta de Sánchez es no, sobre todo tras el 23-J. Si en agosto hubiera pactado con Feijóo hubiera significado dejar gobernar a Feijóo, como lista más votada. Y claro, eso no puede ser.
Por tanto, la esperanza pepera de que no don Pedro aguantará la presión indepe otros cuatro años es una muestra de ingenuidad feijoniana. Cuando en Génova se den cuenta de ello, deberán pensar en que precisan de una mayoría.
Con Vox o sin Vox pero la única manera de que el PP recupere el poder es conseguir la mayoría absoluta. ¿Pactar con Sánchez? ¡Perded toda esperanza de conseguirlo!