Esto no había ocurrido en 46 años de democracia. Un presidente del Gobierno que, en lugar de dar ejemplo de respeto al justicia, no sólo se niega a declarar ante un juez -por ejemplo, lo hizo Mariano Rajoy y en sede judicial- sino que, además, en cuanto el juez abandonó La Moncloa, ordenó a la Abogacía del Estado se querellara contra su Señoría por prevaricación.
Pedro Sánchez se acoge a su derecho a no declarar ante el juez Peinado. Menos mal que todo era un bulo de la ultraderecha.
— Pedro Otamendi (@PedroOtamendi) July 30, 2024
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Recuerden, prevaricar es hacer algo ilegal a sabiendas. Esto es, el insulto más grave que se puede dedicar a un juez. Además, del juez que se ha atrevido a imputar a la esposa del presidente del Gobierno, Begoña Gómez, un caso que cada día se infla más, hasta hacer ridículo el sonsonete de La Moncloa: "No hay nada de nada", o lo de Pilar Alegría: "es un no-caso".
Naturalmente, Sánchez lo hace "en defensa de la institución de la Presidencia del Gobierno", porque, claro, asegura, "lo que estamos viviendo es un montaje".
Quizás el problema de fondo se resume en una sola palabra: impunidad.
Eso sí, convendría que los jueces apoyaran a Juan Carlos Peinado. Nunca un juez estuvo perseguido y denigrado por el poder... como nunca un presidente se había querellado contra un juez por prevaricación.
🔴Así ha entrado el juez Peinado al Palacio de la Moncloa para tomar declaración a Pedro Sánchez por la corrupción de su entorno y más concretamente la salpica a su mujer e incluso veremos si a él mismo.
— Sr.Liberal (@SrLiberal) July 30, 2024
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Todo es nuevo con el Sanchismo. Para mal, sí, pero nuevo.