El artículo 6 del Tratado de Washington, que dio a luz a la OTAN, especifica que la defensa colectiva de la Organización militar defenderá los territorios de Europa y Norteamérica, así como los territorios insulares de los países miembros situados al norte del Trópico de Cáncer. Traducido: las islas Canarias sí están defendidas por la OTAN pero las ciudades españolas de Ceuta y Melilla no. Ni son islas ni están en Europa ni en América, sino en África.
Por eso sorprenden las palabras de Margarita Robles, ministra de Defensa del Gobierno Sánchez, a la agencia Europa Press, cuando le han preguntado por el rearme de Marruecos. El rey Mohamed VI, uno de nuestros peores ciudadanos, ha comprado 22 helicópteros militares a Turquía para proteger sus fronteras, es decir, para amenazar a Ceuta y Melilla, pero Margarita Robles responde que Ceuta y Melilla son miembros de la UE y de la OTAN, mientras Marruecos no. Hombre uno diría que las dos plazas africanas son parte de la UE pero, insisto, no de la OTAN. Y la UE no tiene ejercito.
España debe defender Ceuta y Melilla por sí misma. Porque, además, Rabat no empleará los helicópteros para invadir sino para atemorizar. Para invadir actúa según la tradición islámica, porque en el mundo musulmán la guerra es una cuestión de familia. Es decir, que seguirá echando sobre la frontera española a sus propios menores o a los pobres negros -perdón, subsaharianos- desesperados y hambrientos… dos razones por las que ninguno se quedará en el maravilloso Marruecos y toda su obsesión consiste en entrar en la pérfida España y en la muy egoísta Europa.
España debe militarizar Ceuta y Melilla y cerrar ambas fronteras, abasteciendo a ambas plazas desde la península. Y debe construir una base naval y un aeropuerto de doble uso, militar y civil, en Ceuta. Lo de Margarita Robles no es sino la política del avestruz. La misma política cobarde de Pedro Sánchez.