Hablábamos ayer de la hipocresía política que de nuevo estalló en España con motivo del espionaje a líderes independentistas. Ahora, toda la izquierda, incluso sus compañeros podemitas de Gabinete, así como, por supuesto, los indepes, exigen la dimisión de Margarita Robles, ministra de Defensa, de quien depende la inteligencia militar CNI. Les importa un bledo haber sido espiados, lo que quieren es resucitar un independentismo que ya aburre y, de paso, sangrar a Sánchez, obligándole al cese político de Robles para demostrar su poderío.
Y ojo, porque conociendo a Sánchez, es capaz de dejar tirada a doña Margarita hoy mismo, si eso sirve para asegurarle un día más en La Moncloa.
Mientras, la izquierda y los indepes exigen el cese de Margarita Robles. Y si se lo conceden... tampoco se darán por satisfechos
En cualquier caso, lo que este jueves entra en el Parlamento es el decreto ley de medidas contra la crisis económica, presuntamente provocada por la guerra de Ucrania cuando realmente ha sido provocada por lo que en Hispanidad hemos llamado el "desastre Calviño".
Ahora bien, el PP se equivoca: no hay que bajar el IVA, salvo de forma temporal, y no se puede bajar el IRPF porque el desastre Calviño nos ha hiperendeudado. Lo que hay que bajar son las cuotas sociales. O lo que es lo mismo: no hay que subvencionar los precios, hay que crear empleo y suprimir subvenciones. También el ingreso mínimo vital o los ertes. Pero, sobre todo, hay que reducir el gasto público, reducir la elefantiasis de políticos e instituciones. No sólo por lo que cobran ellos, que también, sino por el gasto público que provocan: una verdadera losa para las economías familiares.