El Gobierno perdió ayer la votación sobre el Límite de Gasto, porque al señor Carles Puigdemont, más conocido como Puchi, le apeteció dar otra bofetada a Pedro Sánchez. Las derrotas parlamentarias del PSOE se suceden pero eso no le hace cambiar de opción: ¡te pueden quitar el puesto por eso!
Ahora mismo, ZP constituye la única reserva que les queda a los socialistas para no perder su ideal más preciado: sus cargos y sus salarios públicos
Resumamos la situación política española. Si se lo toman con humor, el asunto no deja de resultar divertido. Tras la megasesión parlamentaria del martes 23 de julio, aniversario de las elecciones del 23 de julio de 2023, que, como no podía ser de otra forma ganó Sánchez, la cosa ha quedado clara: en España manda Puchi, tarea ingrata para el prófugo porque él, no sé si saben, aborrece a la España sobre la que manda, aunque sólo sea en calidad de chantajista. Y claro, eso es muy duro.
Ahora mismo, ZP constituye la única reserva que les queda a los socialistas para no perder su ideal más preciado: sus cargos y sus salarios públicos
El actual señor de España, a la que aborrece, como aborrece, como creo haber dicho antes, es don Carles Puigdemont, alias 'Puchi'. Con 7 escaños en el Congreso, es decir, con el 2% del hemiciclo, le marca los límites a Sánchez pero este, cuya lema es "si me orinan digo que llueve", se revuelve contra la derecha pepera, que es la única que podría salvarle del ridículo, aunque probablemente le costaría su sillón en Moncloa.
En estas, siempre lógico, el presidente del Gobierno prefiere el ridículo con sillón a la dignidad sin poltrona. Y esto es bello e instructivo, porque revela la humildad del señor presidente del Gobierno. Recuerden que la dignidad no pocas veces es la máscara de la soberbia.
Así que Sánchez no pactará con el PP, nunca jamás, y esto agudiza su bolivarianismo y su guerracivilismo. Encima, no logra detener al valiente juez Peinado, a pesar de que la persecución contra el susodicho ha dinamitado todos los puentes de la separación de poderes.
Sánchez considera que ZP es demasiado obediente a esa masonería globalista que sólo acepta subordinados. Y si algo ha aprendido el presidente es que él puede ser cabeza de ratón pero que sus amigos del Nuevo Orden Mundial (NOM) sólo le aceptan como cola de león. Los puestos de mando están reservados para anglosajones: los hispanos, sólo como terminales obedientes
Es más, en el PSOE ya se piensa en el desaparecido Rodríguez Zapatero como alternativa a don Pedro. Desaparecido porque, desde el último ciclo electoral, que terminó el 9 de junio, con la elecciones europeas, no se ha vuelto a saber de él.
En su momento, cuando Sánchez era el meritorio, ZP se burlaba de él. Como le dijo por aquel entonces a un banquero: vamos a probar a este chico, a ver cómo funciona. Porque José Luis el rojo-zambo ha pasado de humildico a orgulloso, un viaje corto. ZP se se convirtió en el principal valedor del actual presidente pero, ojo, Sánchez nunca se ha fiado de él ni de su equipo de colaboradores, que es muy amplio. Le ve demasiado obediente a esa masonería globalista que sólo acepta subordinados. Y si algo ha aprendido Sánchez es que puede ser cabeza de ratón pero sus amigos del Nuevo Orden Mundial (NOM) sólo le aceptan como cola de león. Los puestos de mando están reservados para anglosajones: los hispanos, sólo como terminales obedientes.
Lo de Illa en Cataluña puede ser lo mismo que lo de Sánchez en España: un presidente bajo chantaje, obligado a sonreír ante las cámaras. Es un papel duro, muy duro, que todo español de bien, debería valorar en sus justos términos
Volviendo a España, los socialistas tratan de recuperar a ZP para que el más que probable hundimiento de Sánchez no hunda también al PSOE. Ahora mismo, ZP constituye la única reserva que les queda a los socialistas para no perder su ideal más preciado: sus cargos y sus salarios públicos.
En el entretanto, en Cataluña, un desilusionado Salvador Illa, acepta gobernar en solitario con una ERC en el parlamento exigiendo tributo en cada decisión, mientras la vanidad política catalana se dispara y ese gran actor que es Gabriel Rufián repite, hasta tres veces, que Feijóo pactará con Junts... pero no Junts con Feijóo.
Hombre, si fuera para obtener el Poder Feijóo pactaría hasta con Satanás, pero las tautologías de Rufián sólo sirven para ocultar sus propia vergüenzas insultando al prójimo, la especialidad de Rufián... como su mismo nombre indica.
La situación actual de España recuerda una de las máximas mas optimistas de San Juan Pablo II: "Deje usted que el mal se destruya a sí mismo
Lo de Illa en Cataluña puede ser lo mismo que lo de Sánchez en España: un presidente bajo chantaje, obligado a sonreír ante las cámaras. Es un papel duro, muy duro, que todo español de bien, debería valorar en sus justos términos.
Puigdemont, señor de España... a la que aborrece. Pero tranquilos: la situación actual de España recuerda una de las máximas mas optimistas de San Juan Pablo II: "Deje usted que el mal se destruya a sí mismo".