El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no va a acudir a la Cumbre Iberoamericana que se celebrará el 14 y 15 de noviembre en Cuenca (Ecuador).
Es decir, que no acompañará al Rey Felipe VI a esta cita, a la que sin embargo, sí asistirá el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares.
La excusa que ha puesto Sánchez es que tiene que seguir ocupándose de los efectos de la DANA (como siga ocupándose igual que hasta ahora será todo un éxito, seguro, dicho con toda la ironía).
Por contra, el presidente del Gobierno sí que asistirá la semana que viene a la COP29 --Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático-- que se celebra en Bakú (Azerbaiyán). Y el argumento que ha utilizado para justificar su presencia es precisamente el Cambio Climático, que "cobra un significado y una importancia mayor si cabe ante un reto acuciante para nuestras sociedades cuyas devastadoras consecuencias España ha sufrido recientemente en Valencia, Castilla La Mancha y Andalucía", señala el Gobierno de España.
La Cumbre Iberoamericana fue impulsada por el expresidente español Felipe González, con la ayuda de México y Brasil, y en ella participan cada dos años representantes de 22 países (España, Portugal y Andorra junto a 19 iberoamericanos).
El próximo país organizador de la Cumbre será precisamente España, en 2026.