La primera pregunta que surge al conocer la decisión -miércoles 9- de la Sala de Vacaciones del Tribunal Constitucional es si hubiera sido la misma si no estuviéramos en agosto. Viendo el voto particular de la magistrada progresista, Laura Díez, probablemente no. Para que luego digan que la justicia no está politizada.

Pero aparquemos eso de momento. La noticia es que la Sala de Vacaciones del TC ha inadmitido a trámite el recurso de Carles Puigdemont y del exconsejero catalán Toni Comín, contra las órdenes de detención que dictó el Supremo en junio -en concreto, el juez Pablo Llarena- por los delitos de desobediencia y malversación.

El caso es que la Sala de Vacaciones está formada por tres magistrados: dos conservadores -César Tolosa y Concepción Espejel-, que han votado a favor de la inadmisión, y una progresista, la citada Laura Díez, que en su voto particular criticó el hecho de que no se elevara al Pleno, cuestión esta que nada tiene que ver -no sean malpensados- con el hecho de que en el Pleno hay mayoría progresista.

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Sea como fuere, la decisión del TC sin duda encarece el apoyo de Puigdemont a Pedro Sánchez, que sigue de vacaciones en La Mareta a pesar de violar el convenio entre Patrimonio Nacional y Turismo. Su camarada de partido y presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, lamentó que la investidura “dependiera de un prófugo de la Justicia”, pero evitó criticar a Sánchez por buscar, precisamente, el apoyo de ‘Puchi’. Para que luego digan que García-Page no comulga con las decisiones de su jefe de partido.

Mientras, en la sede del PP siguen haciendo cuentas para lograr la investidura de Feijóo tras el cheque en blanco de Vox, cuya primera consecuencia ha sido el giro de Coalición Canaria (CC). “Nos permitiría incrementar los 171 escaños que en estos momentos ya han confirmado el respaldo a la investidura de Alberto Núñez Feijóo”, afirmó Cuca Gamarra este miércoles. PP y CC negociarán en los próximos días.