La cosa comenzó en Navarra. La socialista María Chivite es presidenta de Navarra gracias al pacto de sangre firmado por Bildu -sin necesidad de entrar en el Gobierno- y con su hermano gemelo, Nafarroa Bai. Se reproducía así el pacto frentista que ha supuesto el Sanchismo: socialistas, comunistas y separatistas.
El problema no es el PSOE, ni Podemos, ni los separatistas ni los proetarras: el problema es Pedro Sánchez
Pues bien, el modelo navarro es el que Sánchez quiere repetir en Cataluña y en Euskadi... y por esas dos vías en el centro del país. Con quien sea. Y luego viene el órdago: exportar el modelo al Reino de España, donde ya está instalado desde que Sánchez ganó las elecciones de noviembre de 2019: con matices, pero lo mismo es PSOE más Bildu en Euskadi, que PSC más ERC en Cataluña... que PSOE más Podemos más el apoyo parlamentario de ERC y algún otro majadero en España.
El problema no es el PSOE, ni Podemos, ni los separatistas ni los proetarras: el problema es Pedro Sánchez.