La votación del decreto anticrisis, con los proetarras de Bildu apoyando al Gobierno y ERC votando junto al Partido Popular revela por dónde van las cosas en la política española.

Se pensaba que la evolución de las encuestas, que ya dan ganador al PP, algunas incluyendo mayoría absoluta con Vox, harían repensar a Sánchez su actitud, replantearse la vuelta al bipartidismo, con un pacto de legislatura PSOE-PP.

Ni por un momento, aseguran en Moncloa, se plantea Sánchez la convocatoria de elecciones o el pacto de legislatura con el PP

Pero no: Sánchez pretende terminar la legislatura con prórroga, y hacer la campaña electoral como presidente de la Unión Europea. Presidente de turno, claro está, porque lo que pretende Sánchez es terminar su carrera política en Bruselas, como presidente del Consejo, de la Comisión... o de lo que sea, pero en Bruselas.

Por tanto, piensa seguir gobernando con la ultraizquierda podemita e indepe. Y si para ello tiene que dejar tirada a su ministra de Defensa, Margarita Robles, pues les cederá su cabeza y en paz. Por ahora que se vaya quemando, mejor cociéndose en su propia salsa.

Sánchez pretende acabar su carrera en Europa, pero no renuncia a ganar las elecciones de 2023... como presidente de turno de la UE. ¿Adelantar elecciones? Jamás

¿Acaso no hizo lo mismo con Carmen Calvo, José Luis Ábalos, González Laya, y compañía? En cuanto alguien se atreve en el Gabinete a tener ideas propias, al margen de las consignas de Sánchez, en cuanto alguien brilla más que el jefe... le ocurre lo que a Iván Redondo.

Y si no se hace necesario entregar su cabeza, al menos que quede inutilizada y laminada, reducida a la insignificancia.

La cabeza de Margarita Robles a cambio de los votos de Gabriel Rufián... como su mismo nombre indica. 

¿Alguna posibilidad de salvacion? Sí, si Rufián se conforma con menos, ERC sabe que nunca tendrá tanto poder como con Sánchez.