El presidente del Gobierno Pedro Sánchez ha intervenido esta mañana en un acto de conmemoración de los 50 años de la muerte de Franco, un acto verdaderamente guerracivilista, muy al estilo sanchista, pues no hay que festejar la muerte de un dictador, sino el comienzo de la democracia y el proceso de transición en el que se basó la reconciliación nacional.
Se trata del primero de unos cien eventos previstos para este año, con los que Sánchez pretende levantar cortinas de humo sobre el desastre de sus políticas y sobre sus modos y tics autoritarios, que no se habían visto precisamente en estos 50 años de democracia.
Sus palabras han sido bastante patéticas, como todo lo que hace este presidente de quienes en mentideros empresariales madrileños se asegura que debería caer de una vez por el alcance de sus delirios de poder. Pero 'largo me lo fiáis'. Este no se va ni por equivocación. O lo echamos los españoles en unas elecciones o el Tribunal Supremo, si es que alguna vez se abre causa contra él en alguno de los numerosos casos que cercan a su entorno familiar y político.
No hace falta ser de izquierdas, de centro o de derechas para mirar con tristeza y terror los años oscuros del franquismo. Basta con ser demócratas.
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) January 8, 2025
Hace 50 años, España empezó a caminar hacia la libertad.
Recordemos la historia para evitar que los errores del pasado se repitan… pic.twitter.com/ZwuhWv2TA3
El caso es que esta mañana, con su habitual cursilería, Sánchez ha declarado: "En la España de los años 70, esa que algunos miran con nostalgia o que incluso prometen recuperar, la mortalidad infantil era el doble de la que tenía entonces Dinamarca. La mayoría de mujeres no trabajaban fuera del hogar. No había libertad. No había democracia. No se votaba. Estaba prohibido crear una asociación o manifestarse. Existía una censura férrea que limitaba la difusión de cualquier idea. A uno lo podían sacar de casa sin ningún tipo de pruebas ni un juicio justo". Y ha añadido: "Nadie, viniendo de tan atrás, ha llegado tan lejos y en tan poco tiempo como la España democrática".
El autócrata también se ha acordado, sin mencionarlo, de Elon Musk: "La internacional ultraderechista, liderada en este caso por el hombre más rico del planeta, azuza el odio y llama abiertamente a apoyar a los herederos del nazismo en Alemania". "Creo que, todo esto, es un problema, un reto, un desafío que debería interpelarnos a todos los que creemos en la democracia y también en la Constitución española".
Pero el sentir de muchos españoles ante un acto tan obsceno como el de esta mañana lo resumía perfectamente la diputada popular Cayetana Álvarez de Toledo: "Mientras Pedro Sánchez se dispone a lancear a un dictador muerto hace 50 años, un dictador vivo secuestra al yerno del presidente electo de Venezuela. Y él no dice nada ni hace nada. Qué hipocresía y qué cobardía".
Mientras Pedro Sánchez se dispone a lancear a un dictador muerto hace 50 años, un dictador vivo secuestra al yerno del presidente electo de Venezuela.
— Cayetana Álvarez de Toledo (@cayetanaAT) January 7, 2025
Y él no dice nada ni hace nada.
Qué hipocresía y qué cobardía. https://t.co/Q5d0d9wlkY
Álvarez de Toledo es una de las casi centenar de personas firmantes de un manifiesto impulsado por el movimiento cívico Libres e Iguales contra los fastos del Gobierno sanchista con motivo del 50 aniversario de la muerte de Franco.
Entre los firmantes figuran también nombres como Nicolás Redondo, Rosa Díez, Fernando Savater, José Luis Corcuera, Paco Vázquez, Bieito Rubido, Arcadi Espada o Esperanza Aguirre.
"Los españoles ya estamos reconciliados. Lo hizo una abrumadora mayoría, y dio a ese pacto el nombre de Constitución de 1978. La única fecha de celebración posible y deseable", apuntan en el manifiesto, que puede leerse aquí.